Con la mirada puesta en la independencia de Kosovo

Miguel Ángel Martínez Robles e Inés Huerga González se encuentran destinados en la Base España, que se localiza en la municipalidad kosovar de Ístok. La situación en este punto es menos optimista que en Móstar, puesto que a partir de enero la comunidad internacional tomará una decisión sobre la idoneidad o no de que Kosovo se independice y deje de ser administrado por las Naciones Unidas. Ambos pertenecen a destinos diferentes, pero en este punto del planeta su misión es la misma: mantener una presencia discreta para garantizar la estabilidad y la seguridad de las diferentes etnias que se toleran en este territorio, pero que, diez años después del final de la guerra, aún no pueden convivir racionalmente. De los más de 60.000 habitantes que había antes de la guerra, actualmente sólo quedan unos 40.000.