| Análisis | La respuesta del presidente al desafío de ETA |
Las horas más bajas de Zapatero El presidente comparecerá en el Congreso el día 15
La tardía reacción del presidente del Gobierno ante el atentado de ETA y la ambigüedad de sus mensajes frente a la rotundidad de Rubalcaba desconcierta a sus aliados
La reacción de Zapatero ante el atentado ha desconcertado a buena parte de sus colaboradores y aliados. El presidente asumía de modo personal el liderazgo del proceso y apenas tres personas, entre ellas Rubalcaba y José Blanco, estaban al tanto de las negociaciones. La mayoría del Gobierno y sus aliados ignoraba los pormenores y se limitaba a confiar, porque así se lo pidió Zapatero, en que su optimismo descansaba en bases sólidas y buena información. La confirmación de que no era así ha dañado su imagen pero sobre todo su credibilidad. Los partidos que apoyaron al presidente sin preguntar echan en falta que no asumiera de manera personal el fracaso de un proceso para el que había pedido manos libres. Un dirigente de uno de ellos asegura que Zapatero atraviesa su peor momento y está ahora «grogui». Quienes cuestionan al presidente no lo hacen tanto por el fracaso del proceso como por su reacción. No entienden por ejemplo que tardara más de nueve horas en comparecer tras el atentado. Y mucho menos que dejara hablar primero a Otegi, al que incluso los socialistas dan ya por amortizado. Sobre el grado de afectación de Zapatero, destaca que tras esa primera y ambigua declaración retomara sus vacaciones en Doñana en lugar de comandar la respuesta a ETA desde Madrid, con dos posibles víctimas mortales entre los escombros. Sólo el miércoles día 3 regresó a su despacho al hallarse el primer cadáver. Y ha tardado una semana en avenirse a comparecer en el Congreso el próximo día 15. Pero lo que más llama la atención es que por primera vez parece haber disonancias entre el mensaje del presidente y el de sus ministros. En su primera comparecencia, Zapatero habló de que el proceso de paz estaba «suspendido». En lo que parecía la corrección, Rubalcaba y Blanco salieron de inmediato a decir con total rotundidad que el proceso estaba «roto», «liquidado» e «inservible». Pero, sorprendentemente, el presidente volvió a comparecer el jueves y eludió de nuevo dar por el enterrado el proceso. Esa divergencia hace que muchos en el PSOE ignoren el mensaje oficial y lo que es peor, si hay diferencias en el seno del Gobierno. En todo caso, hay coincidencia en señalar que tras el trauma de la vuelta a la violencia la sociedad necesita un mensaje claro y firme frente a ETA y no un lenguaje deliberadamente ambiguo que sí estaba justificado en medio del proceso de paz. Otra muestra de disonancia es que mientras Rubalcaba se esfuerza ahora en tender puentes con el PP, Zapatero, ayudado aquí por Blanco, insiste en pedir la subordinación ciega de la oposición a su política antiterrorista. De la Vega y Bono Tampoco ha pasado por alto que la vicepresidenta Fernández de la Vega, acostumbrada a lidiar con todas las situaciones difíciles, no diera señales de vida hasta ayer. Por último, otra muestra de la debilidad actual de Zapatero es que Bono abandone su retiro para afirmar que «volver a dialogar con ETA es faltar al respeto a los muertos». Parece que el manchego cree llegado el momento de rentabilizar su oportuno retiro del Ejecutivo. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, desea que su comparecencia ante el pleno del Congreso para informar de la situación generada tras el último atentado de ETA se celebre el lunes 15 de enero, una fecha que el Ejecutivo negociará con los grupos parlamentarios la próxima semana. El Ejecutivo hizo público ayer un comunicado en el que informó de la previsión de Zapatero de comparecer en el Congreso en la semana que comienza el día 15, y fuentes del Gobierno concretaron a Efe que la intención es que el pleno se convocara para ese mismo lunes. Oficialmente, la fecha de la comparecencia -que se celebrará en un pleno extraordinario ya que el periodo de sesiones ordinario no comenzará hasta el 1 de febrero- no se cerrará hasta que el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se reúna los días 9 y 10 de enero con los portavoces de todos los grupos parlamentarios. Además, la Diputación Permanente del Congreso se reunirá el próximo martes para debatir la petición del PP de que el presidente del Gobierno comparezca para dar cuenta de su política antiterrorista tras el atentado de ETA. La celebración de esta Diputación responde a la solicitud que el pasado miércoles hizo el presidente del PP, Mariano Rajoy, para que Zapatero explique «de manera solemne» en el Congreso «qué ha ocurrido y sobre todo qué es lo que quiere hacer en el futuro». Fuentes del Ejecutivo reiteraron que la comparecencia de Zapatero en el Congreso es consecuencia de que «estaba cantada» después del «compromiso» que desde el inicio de la legislatura Zapatero contrajo con el Parlamento.