Españoles y ecuatorianos comparten el dolor y el rechazo a la banda

Una marea de pancartas blancas con la palabra paz en negro y con mayúsculas y numerosas banderas ecuatorianas fueron los símbolos más visibles de una manifestación que sirvió para hermanar a los dos países golpeados por el atentado etarra. «¡Un solo puño, un solo pensamiento y un solo corazón!» fue la frase que, leída en quichua y español, por la ecuatoriana Lucía Rosero, resumió esa unión de los dos pueblos y puso punto final al manifiesto. Pero el presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos, Santiago Morales, también quiso dirigir unas palabras a los manifestantes para agradecer «desde el fondo del corazón del pueblo ecuatoriano» las muestras de apoyo y comprensión recibidas. «Muchas gracias, pueblo español», dijo visiblemente emocionado. Miles de ciudadanos ecuato-rianos acudieron a la cita para expresar su rechazo al atentado de ETA y exigir «paz» para su patria adoptiva. Agrupados tras la pancarta principal, corearon entre el aplauso del resto de asistentes los nombres de los dos compatriotas asesinados, que alternaron con gritos de «¡No al terrorismo!», «¡No más muertes!», «¡Juntos por la paz!» o «¡Viva Ecuador, viva España, carajo!». «Sentimos la solidaridad, nos llega al corazón, sentimos que están con nosotros y con nuestros compatriotas y hermanos muertos», aseguró Marcelo Pachacama. Sin embargo, la ausencia del PP no cayó bien entre muchos de los ecuatorianos asistentes. Carmen Ballagán, presidenta de la Asociación de Ecuatorianos Virgen del Cisne, la calificó de «lamentable». «No está bien que nos traten así, somos seres humanos que vivimos aquí y somos parte de España. Nos ha tocado a los ecuatorianos, pero las víctimas podrían haber sido de cualquier otro sitio», se quejó. Algunos de los manifestantes llevaban camisetas con las caras de los dos muertos impresas con la leyenda «No os olvidaremos», otros iban enfundados en banderas de su país.