El discípulo de Garzón lleva a Ríos Montt, De Juana y AMI en la cartera de casos

Se deja querer por las cámaras, está empeñado en investigar la represión de las dictaduras latinoamericanas y ha protagonizado grandes titulares en la lucha contra ETA. Santiago Pedraz se ha convertido en una especie de alter ego de Baltasar Garzón, reconstruyendo etapa a etapa el camino recorrido por su compañero. Por coincidir, hasta lo hicieron sus primeros pasos en la profesión, que ambos dieron en un juzgado de Villacarrillo (Jaén). Por allí anduvo Garzón primero y su discípulo después, aunque poco tardaron en coincidir en los tribunales de Almería. Nacía una amistad que ha perdurado en el tiempo. Santiago Pedraz (Salamanca, 1958) vivió a la sombra de su mentor hasta hace poco más de un año. Entonces, el juez que nunca decía «no» a una foto y se distinguía por su trato afable con la prensa -quizá producto de su frustrada vocación periodística, profesión que ejerció su padre- se negó a cualquier entrevista. Los medios lo buscaban por su protagonismo en dos casos vinculados a la banda terrorista. Primero, el 13 de junio del 2005, dictó que los artículos del etarra De Juana Chaos en Gara no eran constitutivos de delito y a punto estuvo de facilitar la puesta en li-bertad del famoso activista, que había cumplido sólo 18 de los 3.000 años a los que lo habían condenado. Una semana después, sentenciaba que Jarrai, Segi y Haika -organizaciones del entorno batasuno- nada tenían que ver con ETA. Sentencias polémicas Pedraz aprovechaba así la ausencia de Garzón (de excedencia en Estados Unidos) para robarle su plaza en la portada de los periódicos, desatando airadas polémicas. Pero no sólo de ETA vive este juez de la Audiencia y entre sus casos más famosos están las causas contra el ex dictador guatemalteco Efraín Ríos Montt y la investigación de la gallega Assembleia da Mocidade Independentista (AMI).