Diario de León

La Guardia Civil continúa tomando declaración a los vecinos para conocer sus relaciones con el edil

El hermetismo rodea la investigación sobre el asesinato del alcalde de Fago

Manuel Grima recibe sepultura en Sabiñánigo al no poder ser incinerado por orden judicial

Llegada del coche fúnebre con los restos mortales de Manuel Grima al cementerio de Sabiñánigo

Llegada del coche fúnebre con los restos mortales de Manuel Grima al cementerio de Sabiñánigo

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efe | huesca

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El hermetismo y el sigilo marcan el ritmo de la investigación abierta en torno al asesinato del alcalde del pequeño pueblo pirenaico de Fago (Huesca), Miguel Grima, asesinado la noche del pasado viernes de un disparo hecho con una escopeta de postas y arrojado a un barranco cercano a su localidad. El desarrollo de las pesquisas coincidió ayer con el entierro del alcalde en Sabiñánigo, acto que se celebró en la más estricta intimidad a petición expresa de la mujer del fallecido, cuyo cuerpo no fue incinerado por orden de la juez de Jaca que investiga el caso. La expectación de la mañana en los Juzgados de Jaca ante la posible toma de declaración a los vecinos se fue diluyendo a lo largo del día, durante el que se vio entrar a la jueza instructora y la médico forense, y al secretario con agentes policiales. Mientras, la Guardia Civil continúa con las tomas de declaración a los vecinos para indagar en las relaciones que mantenían con el edil y conocer si habían observado en el pueblo la presencia de personas que les hubieran llamado la atención. También fue llamado ayer a declarar el presidente provincial del PP en la provincia de Huesca, Antonio Torres, para informar de las supuestas amenazas de las que era víctima el alcalde por parte de personas con las que mantenía algún tipo de conflicto. Torres desveló horas después de ser hallado el cadáver del edil en un barranco situado junto a la carretera que une las poblaciones de Fago y Majones que acompañó a Grima en abril del año pasado a la Subdelegación del Gobierno en Huesca para expresar su preocupación ante las amenazas. Las fuentes explicaron que la Guardia Civil ha tomado ya declaración a personas del entorno del alcalde e inspeccionado sus archivos y documentos, tanto los depositados en el Ayuntamiento de Fago como en su propio domicilio, en busca de datos que pudieran aclarar la muerte. Hasta Fago, que cuenta con apenas una veintena de habitantes censados, se han desplazado agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil especializados en investigación criminal para tratar de arrojar luz sobre un caso que ha conmocionado a la comarca y a la sociedad aragonesa. Del mutismo de los investigadores participan los vecinos de la población, que se limitan a realizar breves comentarios a las preguntas de los periodistas desplazados a Fago o, simplemente, a eludirlas. Se mantiene la hipótesis de que Miguel Grima pudo ser víctima, el pasado viernes, de una emboscada cuando regresaba por carretera de una reunión celebrada en Jaca, en la sede de la Comarca de la Jacetania, de la que era consejero. El alcalde, según esta hipótesis, fue obligado a detenerse a la salida de una curva cerrada por dos o más personas que le obligaron a salir del coche, que fue encontrado a unos doce kilómetros, en el municipio de Berdún, con golpes en el capó y la ventanilla rota del lado del conductor. Los asesinos dieron varios golpes en la cabeza del edil antes de conseguir que saliera del vehículo y le dispararon en el pecho con una escopeta cargada con postas y posteriormente lo lanzaron por un barranco, donde el cadáver fue descubierto al día siguiente.

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