Una residencia a la sombra de los álamos
El Ayuntamiento de Villaornate y Castro reserva parte de los beneficios de la última corta para un geriátrico de 50 plazas
Hace más de 40 años, Villaornate sumó a la «moda» de plantar chopos y recogió su primera cosecha -la primera corta- a finales de los setenta. El dinero de la madera se convirtió en «agua corriente» para los vecinos. La traída de aguas, con su depósito y la red de alcantarillado fue la principal obra acometida. También se asfaltaron las dos primeras calles del pueblo, Real y Moral. A la vista de los beneficios del chopo, en la década de los ochenta el Ayuntamiento decide ampliar las plantaciones y actualmente las choperas ocupan 114 hectáreas, de las cuales 40 fueron arrebatadas al antiguo Icona en un histórico y pionero pleito por las riberas del río en el término de Villaornate. Las primeras cortas de las nuevas plantaciones y las segundas de las primitivas se han realizado en los últimos seis años. La venta de la madera ha servido para mantener «impuestos más bajos, obras sin contribuciones especiales, como la renovación del abastecimiento de agua y la ampliación del cementerio o el asfaltado del pueblo», subraya el alcalde, José Mauro Fernández, del Partido Popular. Pero las arcas municipales todavía «guardan» una importante cantidad del dinero de los chopos -más de 300.000 euros- que los vecinos esperan ver transformados en una residencia de ancianos. «La idea es hacer una residencia de 50 plazas, pero nos encontramos con la dificultad de que no es sólo una obra, luego hay que gestionarla», explica Fernández. Una de las condiciones que exige el Ayuntamiento es que una parte de las plazas sean reservadas para vecinos del pueblo, «cuyas pensiones medias, como las de cualquier agricultor, rondan los 500 euros», precisa el alcalde. La última corta se realizó hace dos años, pero el equipo de Gobierno ha preferido esperar a ejecutar el proyecto de la residencia en convenio con una empresa privada que iniciarla por su cuenta «sin tener una garantía sobre la gestión futura del centro», agrega El dinero de los chopos ha sido el principal ingreso del ayuntamiento en los últimos tiempos -la última corta se realizó hace dos años- cuyo presupuesto ordinario anual es de unos 200.000 euros. El municipio participa, además, en un 33% de los beneficios de otras 60 hectáreas propiedad de la Junta de Castilla y León. Las nuevas plantaciones se han realizado en consorcio, por primera vez, con dos empresas privadas -Garnica y Maderfi- que han contratado con el Ayuntamiento el 50% de los beneficios de las cortas, a cambio de la plantación y las labores de gradeo y poda que exigen las choperas. Con este sistema se abandonó el tradicional consorcio con la Junta de Castilla y León, que pagaba el 60%. «Nos vimos abocados a este nuevo sistema porque la Junta cambió las condiciones y nos ofrecía el 70-30%, pero adelantando nosotros las plantaciones y el coste del mantenimiento durante tres años», explica el alcalde. El único sinsabor de los chopos para Villaornate es compartir sus beneficios con Castrofuerte, que tiene su propia ribera de plantaciones y todo lo que obtiene va a las arcas de su junta vecinal. 1 ¿Se empieza a valorar el chopo como un importante recurso económico en León, que hasta ahora ha tenido tan mala prensa entre el sector agrícola y también en el ecologista? Se empieza a valorar no sóloomo recurso ambiental, sino también económico. No hay que olvidar que hay industrias de transformación en Valencia de Don Juan y La Bañeza. Desde Asfole intentamos hacer ver que no es una competencia negativa para la agricultura, sino una alternativa en sitios donde esta actividad está en declive. En la provincia de León se han abandonado 100.000 hectáreas en los últimos diez años y hay mucho terreno que se puede revalorizar porque la agricultura no ofrece beneficios. Aún carecemos de una norma regional que regule las distancias de las plantaciones y sigue siendo una fuente de conflitos pues cada ayuntamiento pone sus propias distancias o no hace nada, de manera arbitraria. Es verdad que recibe críticas de ecologistas, que no ven un término medio entre un bosque y un cultivo, pero hay que recordar que contribuye a reducir las deforestaciones masivas en selvas tropicale. Desde la asociación trabajamos para que se reconozca su gran capacidad para absorber CO2 a largo plazo. Está limpiando el aire, el agua y amortiguando el clima. Genera empleo y más biodiversidad que otras actividades y paisajísticamente es agradable. El uso de la madera, por otro lado, se debería fomentar pues es menos perjudicial que la fabricación de estructuras de PVC, aluminio u hormigón. 2 El precio de la madera de chopo sufrió un bajón hace unos años. ¿Se debe al aumento de superficies? Todavía tiene un precio bueno -50-55 euros el metro cúbico- pero es cierto que sufrió un bajón hace algunos años. Pero se debe a que se trata de un mercado muy especializado e internacionalizado. También guarda relación con el mercado de la fruta, ya que, aparte de la industria del desenrollo la madera de chopo es muy utilizada en el cajerío de la fruta. La entrada del plástico y el cartón también afectó a los precios. 3 ¿Cuál debe ser la misión de un centro forestal del chopo como el que se promueve en Valencia de Don Juan? Principalmente de apoyo a los propietarios forestales para optimizar la rentabilidad de las choperas a través de la investigación y la divulgación. La junta directiva de Asfole ya se ha sumado al protocolo que promueve Fgulem para la constitución de un consorcio. Es muy positivo que se cree en León porque es la provincia más productora de España.