«Me gustaría que las vidrieras de León fueran Patrimonio de la Humanidad»
La ministra de Cultura, Carmen Calvo, visitó ayer por la tarde la Catedral de León para conocer de primera mano los problemas que afectan al templo gótico, cuya solidez se ha cuestionado tras el desplome de dos gárgolas el pasado mes de diciembre. Calvo interrogó al arquitecto conservador de la Catedral, Mariano Díez Sáenz de Miera, quien desveló a la ministra un «viejo sueño»: quitar y poner andamios -dijo- es muy costoso y, a veces, provoca también daños. -¿Y tú qué propones? -preguntó la ministra. El arquitecto expuso entonces su plan. Básicamente, se trataría de dejar en el tejado una serie de «enganches» para colgar de ellos de vez en cuando un «cestillo» similar al que utilizan los limpiacristales en grandes edificios, que permitiría hacer continuas revisiones en pináculos, arbotantes, gárgolas... Calvo quiso saber la opinión del arquitecto sobre la próxima intervención de su ministerio en la Catedral, donde invertirá un millón y medio de euros para restaurar la cubierta de la nave central, así como todos los elementos pétreos: pináculos, contrafuertes, arbotantes... El próximo mes Cultura sacará a concurso como una sola unidad de obra la restauración del tejado, así como del hastial sur, los pináculos y gárgolas. A continuación, acometerá la reparación de las cubiertas bajas, los arbortantes y el claustro. Estas obras concluirán antes de cuatro años. El ministerio -como explicó Sáenz de Miera a Carmen Calvo- también dará una solución a las grapas colocadas durante la magna restauración llevada a cabo por Demetrio de los Ríos en el siglo XIX, que «están provocando muchos daños en la piedra». «Además se están desmoronando los pináculos de la cubierta», dijo el arquitecto. -¿Y eso está en nuestro proyecto? -interrogó la ministra. -Sí -dijo el arquitecto-. Sólo pedimos que no nos abandonéis. -Nosotros, no. No sé si los leoneses saben que hemos estado aquí arreglando los arbotantes. Ya frente a los medios de comunicación la ministra explicó el Plan de Catedrales, que prevé inversiones en un total de 43, así como los nuevos compromisos con la de León. Negó que el desplome haya obligado a la Junta y al Gobierno Central a preocuparse por la Catedral. «Que sepan los leoneses que no hemos dejado de estar ni un solo dia en la Catedral». Confesó que siempre les comenta a otros ministros europeos que habría que declarar las vidrieras de la Catedral de León Patrimonio de la Humanidad. «Les digo que estas son especiales y les invito a que vengan a verlas para entenderlo».