Segundo aviso serio de Rajoy a un debilitado Zaplana

Segundo aviso serio de Rajoy a Zaplana. El primero fue a comienzos de noviembre, cuando lo desautorizó por sus críticas al Estatuto andaluz y a la estrategia del PP en Cataluña. Entonces el líder popular dio su primer puñetazo en la mesa y defendió a Javier Arenas y Josep Piqué. El martes pasado volvió a dejarle en evidencia al respaldar a Francisco Camps frente a sus maniobras para controlar la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM). Las tensiones entre el portavoz parlamentario y el presidente valenciano vienen de lejos. Zaplanistas y campsistas llegaron a las manos en Elche hace algo más de dos años. Desde entonces, las peleas, soterradas o en público, son permanentes. A cuatro meses de la celebración de las elecciones autonómicas y municipales, el enfrentamiento emerge de nuevo. Zaplana movió sus terminales para controlar la renovación de la CAM mediante un pacto con sus adversarios naturales, los socialistas. El pacto lo cerró su hombre de confianza en Alicante, José Joaquín Ripoll, presidente de la Diputación Provincial. Pero Zaplana lo cocinó, según diversas fuentes, con el mismísimo José Blanco. Por su parte, Camps promovió otra lista, que Rajoy respaldó sin ningún género de dudas el martes. «Mi partido pacta con otros partidos, pero parte de mi partido no pacta con otro partido. Eso, mientras yo sea presidente del partido, no se puede permitir», dijo en un nuevo y sonoro rapapolvo. Con estos golpes de timón no muy habituales en él -hay que recordar cómo toreó sin mojarse la pelea entre Aguirre y Gallardón-, Rajoy reafirma su liderazgo ante el ambicioso y punzante látigo gubernamental, que vive sus horas más bajas. Sus estrechas conexiones con dos medios de comunicación -un diario y una emisora- que critican a veces la falta de osadía de Rajoy causan recelos en Génova, que ve también con muy malos ojos sus continuas disputas con Camps. Tanto que los estrategas del Partido Popular ya contemplan la hipótesis, que ven casi imposible, de una derrota en las autonómicas. Fuentes de Génova estiman que lo que más daño puede hacerle ahora a Rajoy, cuando Zapatero está tocado, son las intrigas de Zaplana.