Los etarras de la fallida «caravana de la muerte» afrontan 39 años
La Fiscalía pedirá 39 años de cárcel para cada uno de los tres presuntos etarras que intervinieron en la fallilda caravana de la muerte , consistente en el traslado de una furgoneta cargada de explosivos para atentar en Madrid y que fue interceptada en Cuenca el 29 de febrero del 2004 tras abandonarla los terroristas después de sufrir un accidente. En el juicio, que comenzará el jueves, la fiscal sostendrá que con esta acción ETA pretendía «crear pánico en la ciudad» de Madrid, que once días después de estos hechos sufriría el mayor atentado de su historia: el 11-M. Según la fiscal, Vidal, Badillo y el tercer acusado, Beñat Barrondo, acudieron en mayo del 2003 a una cita en Francia con un dirigente etarra que les encomienda colocar explosivos en Baqueira Beret, aunque no pudieron a causa de un temporal, por lo que meses después se les encarga un atentado con una furgoneta-bomba en Madrid.