El simulacro de Sevilla era real
La base de Morón, donde se encuentra el auténtico centro operativo del «Eurofighter», ya ha instruido con simuladores de vuelo a los primeros pilotos, como se anunció hace cuatro años
León nunca ha sido una opción para el Ejército. Los mandos responsables de la división logística del Aire siempre han defendido la hipótesis de ubicar el centro de instrucción del Eurofighter en la base sevillana de Morón de la Frontera, donde se encuentra el auténtico escuadrón operativo de este avión de combate. Allí están los seis únicos cazas que posee España y también el centro de instrucción de pilotos al que León aspiró viritualmente durante años, objetivos que ya eran conocidos por los responsables del programa en el 2002. Desde entonces, el calendario y los objetivos que el Ejército anunció a este periódico -fueron publicados el 14 de noviembre- se han ido cumpliendo escrupulosamente, a pesar de que en ese momento parecía impensable que León no sería un emplazamiento viable para la prometida escuela de pilotos. Quizá sea necesario recordar que en aquel momento el Ministerio de Defensa, Sepi y Eads pedían calma hasta dar a conocer los resultados de su estudio de viabilidad y que incluso el ministro Trillo viajó con el Rey a La Virgen del Camino «como garantía» de que el centro de instrucción se levantaría en León. Cómo se forman Hoy, la realidad es la que es. Diez pilotos ya han sido formados en Morón de la Frontera, donde una inversión de cinco millones de euros -es el 12% del coste total del programa operativo del Eurofighter - ha permitido implantar dos sofisticados simuladores de vuelo, conocidos en la nomenclatura militar como Asta, acrónimo que traducido al castellano significa Ayuda Avanzada al Entrenamiento de la Tripulación. Estos aparatos aportan una representación íntegra del mundo exterior. El más sofisticado se encuentra situado en el centro de un domo, donde se proyectan el cielo y el terreno con la máxima fidelidad. Es capaz de generar escenarios tácticos complejos en un entorno de amenaza aérea múltiple. El piloto tiene todas las capacidades de un avión real, incluyendo el armamento. La posibilidad de que los pilotos se conecten entre sí hace posible ensayar tácticas de forma realista y muy rentable. Los altos mandos del Ejército del Aire siempre han tenido claro que no sería operativo desvincular la formación teórica de los pilotos de su instrucción práctica, una forma de advertir que la decisión de plantear León como sede de la escuela de pilotos del Eurofighter tenía más matices políticos que operativos. No en vano, el plan de implantación del C-16, como ha pasado a denominarse el caza europeo, sólo incluía e incluye dos bases principales de operaciones, que son Morón y Albacete, con dos escuadrones cada una de ellas y una unidad de conversión para formar a todas las tripulaciones y al personal de Tierra. En estas dos bases se incorporarán hasta 87 aviones, cuyo ensamblaje se lleva a cabo en la factoría de Eads-Casa. Los socios lo sabían El gran error del Gobierno de Aznar fue dar por hecho que los otros tres países socios del programa Eurofighter aceptarían la idea de englobar la formación de todos los pilotos en una gran escuela supranacional y que este centro se ubicaría en España. Cuando todavía se insistía en que la escuela de pilotos sería leonesa, Italia, Inglaterra y Alemania ya habían anunciado que desarrollarían su propio plan de entrenamiento. Los alemanes decidieron operar desde Manching, en Baviera, sede de la cadena de montaje de Eads y también del centro de ensayos oficial. Los aviones italianos comenzaron a ser desarrollados en la planta industrial de Alenia, en Casele, cerca de Turín, y los británicos lo hacen desde la factoría de Bae Systems, en Warton. Un lugar estratégico La base aérea de Morón de la Frontera está dentro del Mando Aéreo del Estrecho (Maest) y acoge el Ala de Caza 11 (F-18), por lo que sus pilotos ya tienen experiencia en este tipo de logística frente a La Virgen del Camino, base que lleva años sin ser sede de ninguna unidad equipada con aviones. De Morón destacan sus maniobras internacionales, como las que llevó a cabo el Grupo 22 en conflictos para los que la Otan y la UE le han reclamado. Además es un punto básico de apoyo en sus operaciones por encontrarse entre EE.UU. y Oriente Próximo.