Batasuna convierte en propaganda la entrega de 18 prófugos de Jarrai

Batasuna dejó ayer en evidencia la incapacidad de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para detener a los 19 jóvenes de Jarrai-Haika-Segi que se encontraban en busca y captura reclamados por la Audiencia Nacional y condenados por terrorismo. El partido ilegal organizó una operación de propaganda con la entrega de 18 de los 19 prófugos en un acto público en un frontón del centro de Bilbao retransmitido en directo por cadenas de televisión y emisoras de radio. Los 18 militantes de las organizaciones juveniles ilegalizadas se encuentran en dependencias de la Ertzainza a la espera de ser trasladados a la Audiencia Nacional para ingresar en prisión y cumplir las penas de seis años de cárcel para cada uno de ellos impuestas por el Tribunal Supremo. La policía autónoma confirmó que sólo falta por ser detenido Gorka Betolaza, quien no se encontraba junto a sus compañeros. El alto tribunal condenó a 23 integrantes de Jarrai-Segi-Haika por pertenecer a organizaciones terroristas, un fallo que corregía a la Audiencia Nacional que consideró que eran asociaciones ilegales. Los prófugos eran buscados desde el 19 de enero, cuando el Tribunal Supremo hizo pública su sentencia. En las primeras horas, la Ertzainza y la Guardia Civil detuvieron a cuatro de los 23 condenados, mientras el resto se esfumó aunque alguno, como Olatz Dañobeitia, tuvo esporádicas apariciones en actos públicos, como una conferencia de prensa del colectivo Askatasuna. Arropados por cientos de personas, entre los que se encontraron los dirigentes de Batasuna Arnaldo Otegi, Joseba Permach o Jone Goirizelaia, los jóvenes se encerraron a la una de la tarde en el frontón de La Esperanza, en el Casco Viejo de Bilbao, en una escenificación muy medida y estudiada, que comenzó una hora antes en el Arenal de Bilbao, cerca del frontón, donde varios cientos de personas respondieron a la concentración convocada por Segi y prohibida por la justicia. Abrazos Un fuerte dispositivo de la Ertzainza se dirigió al lugar e hizo un amago de carga contra los concentrados. La mediación de Jone Goirizelaia y Joseba Permach evitó los enfrentamientos. Los concentrados se dirigieron a continuación hasta el frontón de La Esperanza, donde en su interior aguardaban los 18 procesados, atrincherados junto a varios cientos de personas. La policía vasca rodeó el frontón y sus alrededores. En la cancha, los concentrados desplegaron una pancarta con el lema «Dale una oportunidad a la independencia. Juventud vasca adelante». Los agentes entraron en el frontón poco después de la una de la tarde y encontraron a los condenados agrupados en una esquina con la pancarta y centenares de personas sentadas en el suelo a modo de cordón humanitario. Pasadas las dos de la tarde los agentes sacaron de la instalación deportiva a los prófugos uno a uno y les introdujeron en furgones policiales sin incidentes y entre gritos de apoyo.