Casi cien profesionales participan en el proceso de donación ytrasplante

Quien espera desespera, pero cuando en la espera va la vida, el tiempo pasa entre la angustia de cuándo y la esperanza de que el órgano ansiado llegue en algún momento. Actualmente, hay en la provincia de León 141 personas en lista de espera para recibir un trasplante. La mayoría son pacientes con problemas renales. Setenta de ellos esperan recibir la llamada «milagrosa» para un trasplante renal en Valladolid y otros 60 en Salamanca, los dos centros de la comunidad donde se realiza esta intervención. Otras ocho personas están pendientes de un trasplante hepático y tres necesitan urgentemente un corazón «nuevo». Ambas intervenciones se realizan en centros hospitalarios de Valladolid. En León, la cirugía de trasplantes es muy restringida. De hecho, por el momento sólo se hacen implantes de córneas. El año pasado se implantaron 18 en el Hospital de León y otras 16 fueron destinadas al Banco de Tejidos de la Clínica San Francisco. El dispositivo que se pone en marcha cuando salta la alerta de una posible donación implica a decenas de profesionales en el hospital y en los centros a los que llegan los órganos para su trasplante. Se estima que intervienen cerca de un centenar de personas en total. Telefonistas, conductores de ambulancias, celadores, auxiliares y enfermeras y enfermeros y equipos médicos en los que participan desde Urgencias hasta la uci y el servicio de Anestesia. «Sin su colaboración no sería posible realizar esta labor», resalta el doctor Fernández Renedo. En León, el personal de quirófano, encabezado por la supervisora Isolina González, cumple un papel crucial en el dispositivo de extracciones. «Siempre están dispuestos a colaborar en el proceso a cualquier hora del día», resalta el coordinador leonés. La cooperación de Aena y el personal del aeropuerto, que facilitan la llegada de los equipos quirúrgicos de otros hospitales, «ha agilizado el proceso». Otro trabajo que también pasa desapercibido en las donaciones es el del aparato judicial, que «sólo ofrecen facilidades a la hora de autorizar una extracción cuando es necesario» (en siete ocasiones el año pasado). El arropamiento del centro hospitalario también es resaltado por el coordinador, quien, de manera muy especial, recuerda a los pacientes fallecidos y a sus familiares más directos, que «con su generosidad han permitido que todas las actuaciones hayan podido llevarse a cabo, permitiendo que otros pacientes puedan vivir o mejorar su calidad de vida».