La Ertzaintza confirmó que el atentado no había sido obra de ETA, como se pensó en un principio
Jóvenes radicales destrozan una estación de tren en Baracaldo
La explosión de un artefacto de fabricación casera destrozó en la madrugada de ayer la estación de Luchana (Baracaldo) de la línea de cercanías de Renfe que une Bilbao y la margen izquierda de la ría del Narvión. La virulencia y la magnitud de los destrozos llevaron en un primer momento a la Consejería vasca de Interior a manejar la hipótesis de un atentado de ETA. Finalmente, tras analizar el lugar, los artificieros de la Ertzaintza atribuyeron los destrozos a un acto de kale borroka. El ataque tuvo lugar a las 0.30 horas de la madrugada del lunes, cuando varios individuos rompieron la puerta de acceso a la estación de tren de Luchana, un viejo edificio de madera de dos plantas. Tras rociar el vestíbulo y la planta baja con líquido inflamable, arrojaron varios artefactos de fabricación casera en su interior y huyeron. Las llamas se propagaron con rapidez por la estructura de madera del edificio y provocaron un gran incendio, visible a varios kilómetros de distancia. Los bomberos se trasladaron de inmediato al lugar de los hechos y no lograron sofocar las llamas hasta pasadas las cinco de la mañana. Graves daños El ataque destruyó por completo dos canceladoras, una máquina de auto venta, la taquilla de venta de billetes, ordenadores y todo el mobiliario, instalaciones eléctricas y megafonía. El fuego alcanzó también al tejado, que tendrá que ser reconstruido, y provocó la caída de un muro sobre las vías. También resultó dañado el sistema de fibra óptica, lo que provocó retrasos de entre 10 y 20 minutos en los trenes que unen Bilbao con la margen izquierda y la zona minera. Hasta pasadas las tres de la tarde no pudieron circular con normalidad. En el momento de la deflagración, no había nadie en el interior de las instalaciones por lo que no se produjeron daños personales. Este es el tercer ataque que sufre esta estación. El último tuvo lugar el 12 de octubre, en pleno alto el fuego de ETA. Instituciones y partidos vascos condenaron el atentado y reclamaron a la izquierda aberzale el cese definitivo de la violencia. El consejero vasco de Interior, Javier Balza, se preguntó «para qué sirve esto, adónde nos conduce». El delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, repudió «el acto de violencia injustificable» . El PSE también denunció el «brutal atentado» y reafirmó que con estas acciones «el diálogo está roto y no hay proceso». Finalmente, el PP señaló que con estos hechos «una vez más los terroristas demuestran que pueden hacer lo que quieran con total impunidad».