El Congreso reabre con bronca

Las vacaciones no han servido para templar los ánimos de sus señorías. El Congreso reabrió ayer sus puertas, tras un mes de descanso, con una nueva bronca política a costa del terrorismo. El presidente del PP, Mariano Rajoy, escogió su primera pregunta del año a Zapatero para reclamarle un cambio en la política antiterrorista. Y utilizó varios titulares de la prensa del día, entre ellos una supuesta entrevista del presidente con el socialista vasco Jesús Eguiguren para retomar el diálogo con ETA. Zapatero negó dicha reunión y tachó de «relato de la infamia» la intervención de Rajoy, al que instó a comportarse como un «líder de la oposición de un gran país», manteniendo el «pudor, la prudencia y la responsabilidad» de los que, a su juicio, carece. El presidente del PP tachó de «ambigüedades y palabras huecas» las declaraciones de Zapatero y lo instó a declarar con rotundidad que el proceso de paz ha concluido y que no habrá más diálogo con los terroristas, a aclarar si tras el último atentado de ETA ha habido «alguna conversación con el complejo ETA-Batasuna por parte del PSE o algún emisario» y a garantizar que no las habrá en el futuro. El presidente no contestó a las preguntas de Rajoy, pero contraatacó esgrimiendo unas declaraciones de Aznar tras la ruptura de la anterior tregua en las que aseguraba que si ETA retomaba el alto el fuego el Gobierno volvería a «aprovechar las oportunidades» que se presentaran para «lograr la paz». Zapatero había mantenido ya por la mañana un tenso debate con el portavoz del PP en el Senado, Pío García Escudero, no exento de ciertos toques de humor. El dirigente del PP hizo una larga lista de acusaciones a Zapatero a costa, entre otras cuestiones, de la lucha antiterrorista. Ante ello, el presidente contestó diciendo que «creí que también me iba a pedir explicaciones por el traspaso de Ronaldo al Milán». García Escudero afirmó que Zapatero tiene menos «presencia internacional» que el etarra preso De Juana Chaos y que el optimismo antropológico del jefe del Gobierno «no se lo cura ni el doctor House».