La excepción que confirma la regla

Desde los centros de FP y la Junta se hace un seguimiento exhaustivo del alumnado que acaba cada curso y se incorpora al mercado laboral. Sumando los que lo hacen en junio y los que dejan alguna asignatura para diciembre no menos del 95% acceden directamente a su primer empleo, bien en las empresas donde han hecho prácticas previamente o bien en otras que figuran apuntadas en las bolsas de trabajo de los colegios. Al igual que sucede con el resto de los jóvenes los primeros contratos suelen ser temporales, pero casi todos entran en la rueda de un mercado laboral que para otros jóvenes de su misma edad es de muy difícil acceso. Otro pequeño porcentaje de los titulados en FP prefiere seguir estudiando ciclos superiores o acceder a la universidad, especialmente en las carreras técnicas. Es un acceso más largo en el tiempo, pero tan seguro como el del bachillerato convencional. La excepción es apenas un 1% que acaba la FP y no encuentra trabajo. Ni lo busca.