«El juicio puede producir alguna reacción airada de Al Qaida»

Javier Zaragoza llegó hace casi un año a la jefatura de la fiscalía de la Audiencia Nacional. Desde entonces ha vivido por y para el proceso del 11-M que heredó de su antecesor, Eduardo Fungairiño. -¿Realmente estamos a las puertas del juicio del siglo? -Sin duda, es el juicio más importante que se va a celebrar en lo que va de este siglo y en lo que va del último cuarto del pasado. No hay antecedentes ni en España, ni en el mundo, de sentar en el banquillo a los responsables de un atentado de la magnitud del de Madrid. -¿Qué se puede esperar de este juicio, después de todo lo que se ha podido leer y oír? -Lo que se puede esperar es que se haga justicia, que la Justicia sea capaz de determinar las responsabilidades de cada uno de los individuos acusados en este procedimiento en relación con los hechos. Los primeros interesados en que se sepa la verdad somos los que integramos la Administración de Justicia. La verdad material más rigurosa es la que tratan de obtener los tribunales a través de la inves-tigación oficial. -¿Hay indicios de que haya quedado al margen del proceso algún implicado importante como inductor, por ejemplo? -En toda investigación judicial siempre queda alguna laguna porque hay aspectos que son muy difíciles de aclarar. En este caso no hay aspectos esenciales que sean discutibles. No hay lagunas tan importantes como para cuestionar los resultados de la investigación. Ésta tiene su sustento en una serie de elementos de prueba muy sólidos que han permitido formular una acusación contra 29 personas vivas, más los siete que murieron en Leganés, más otros cuatro que se en-cuentran en paradero desconocido. Es posible que nos haya quedado fuera alguien, pero siempre estaría dentro del ámbito del terrorismo islamista. -¿Avala una investigación que se encontró casi concluida? -Yo creo que esa investigación que se llevó a cabo, después del atentado cometido el 11 de marzo, por parte de la policía y de la Justicia y que se produce a un ritmo vertiginoso, es una investi-gación sólida. Se han recopilado elementos de prueba suficientes para entender, sin hipótesis alternativas fiables, que realmente este es un atentado islamista en el que han participado de una manera o de otra las personas que se van a sentar el día 15 en el banquillo. -Hubo reiterados avisos previos a los atentados. ¿Eran evitables? -Hubo advertencias e informes de los organismos de inteligencia y policiales que ya aventuraban que España era un objetivo de Al Qaida. Por tanto no era una posibilidad lejana. Quizás no se valoraron debidamente o adecuadamente esos informes y por eso sucedió lo que sucedió. En todo caso, lo importante es que, después de ese atentado tan grave y lamentable, la repuesta policial y judicial fue rápida y eficaz. Es un hito en la historia de las investigaciones penales el que en un atentado terrorista de esta naturaleza hayamos sido capaces de identificar a una buena parte de quienes han participado en él como autores, como cooperadores o como cómplices en las distintas fases del mismo. -¿Preocupa la respuesta del fundamentalismo a este proceso? -Creo que hay que estar preocu-pados y en estado de máxima alerta ante una amenaza fundamentalista mucho más directa y mucho más intensa. Esa amenaza es posible que vaya in crescendo a medida que celebremos y desarrollemos un juicio que va a ser visualizado hasta en el último rincón del planeta. Estamos ante un proceso contra una célula terrorista yihadista, en el que habrá que extremar las me-didas de precaución por parte de las autoridades, porque es evidente que el mero hecho del juicio puede producir alguna reacción airada por parte de Al Qaida.