La alta velocidad llegará a León antes de fin de año pero sólo a 250 kilómetros por hora
Viajar desde León hasta Madrid en el Talgo, que es el tren más rápido que parte de la ciudad, supone actualmente como mínimo cuatro horas. Antes de que finalice el año este trayecto, de unos 350 kilómetros, se recorrerá en dos horas y cuarenta y cinco minutos. Una rebaja que sólo será factible gracias a los nuevos trenes de la Serie 130 que ya empiezan a llegar a las instalaciones de Renfe, según informó la compañía ferroviaria. Unas máquinas que distan mucho de las prometidas por el Ministerio de Fomento, que aseguró que la ciudad contaría con un vehículo de tránsito de altas prestaciones, «igual que el que va a Sevilla» -afirmó tajante la ministra-. Con una inversión de 585 millones de euros, a la compañía ferroviaria han llegado unos trenes que sólo alcanzan como máximo los 250 kilómetros por hora, mientras que el AVE Madrid-Sevilla puede llegar hasta los 360 kilómetros a la hora. Así las cosas, con una potencia inferior a la pactada el trayecto hasta Madrid nunca podrá realizarse en una hora y cuarenta minutos -al menos que adquieran nuevos convoyes-; tiempo alzado y anunciado hasta la saciedad tanto por Álvarez Cascos como por Magdalena Álvarez. Cambios sobre la marcha Las nuevos aparatos, que tienen como característica principal que pueden circular indistintamente por las vías de ancho internacional y nacional -alta velocidad y velocidad convencional respectivamente-, aprovecharán, una vez entren en servicio público, las prestaciones de las nuevas infraestructuras para acortar tiempos de viaje en aquellos puntos a los que todavía no llega la alta velocidad. El primer paso para que ésto sea una realidad es que el AVE llegue desde Madrid a Valladolid; la fecha dada por Fomento indica que a finales del 2007 el nuevo tren estará en funcionamiento en la provincia vallisoletana. Una vez allí, el convoy partirá hacia León, pero lo hará por el trazado actual de Renfe -pasando por Palencia- durante los años que se tarde en construir la nueva infraestructura para el AVE. Por lo tanto, el ahorro de tiempo se producirá en el trayecto que discurre desde la capital de España hacia Pucela, ya que en ese trazado el tren de la Serie 130 circulará como máximo a 250 kilómetros por hora. En la estación castellana el vehículo ferroviario pasará de la vía internacional a la nacional a través de un intercambiador que significará una demora de quince o veinte minutos; por los raíles convencionales llegará a la ciudad a velocidad máxima de 220 kilómetros por hora y seguirá hacia Asturias también por el camino existente, ya que la adaptación al nuevo tendido no se producirá hasta que finalicen las obras en la variante de Pajares, y para eso hay que esperar, si se cumple el calendario de implantación anunciado por el Gobierno central, hasta finales del 2009. Una flota de 45 unidades La compañía ferroviaria ya ha adquirido las tres primeras unidades de la serie, compuesta por cuarenta y cinco trenes, que se encuentran realizando las pruebas iniciales previas a su homologación en los talleres de la Sagra (Toledo), cuyas instalaciones visitó ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez. La fabricación de estas piezas fue adjudicada por Renfe a la compañía Talgo-Bombardier. Cada composición del montante está formada por dos cabezas motrices de perfil aerodinámico y once coches butacas que se distribuyen entre las clases turista (236 plazas) y preferente (63 plazas). Así, el total de asientos de es de 299, uno de los cuales está adaptado para personas de movilidad reducida.
