| Análisis | Alternativas al tráfico |
Rescate o circunvalación
Los empresarios piden soluciones al problema del tráfico de camiones y las administraciones competentes estudian alternativas para que los camiones no bloqueen la N-120
«La autopista debe ser gratis. Y si no, que desdoblen la nacional». Así de tajante se mostraba ayer, una vez más, el presidente de la Cámara de Comercio e Industria de León, Manuel Lamelas, que reiteraba la preocupación de los empresarios y los transportistas por el problema de tráfico que se generará en la N-120 con la llegada al polígono de Villadangos y al Cetile de empresas que muevan gran cantidad de mercancías. Lamelas elogiaba la inauguración de la ciudad del transporte, «un sector muy castigado y habitualmente olvidado», pero volvía a recordar que las empresas que se instalen en esta zona no tendrán más alternativa que pagar el peaje, injusto en su opinión; o seguir circulando por la nacional. «Sólo Mercadona pondrá cada día en la carretera 1.500 camiones. ¿Cómo va a ser el tráfico?». Incluso el consejero de Fomento se lamentaba del «lunar negro» que supone el peaje, aunque no quiso entrar después en la problemática de tráfico que se avecina en la zona. La solución, además, está en manos del Gobierno central. Desde las filas socialistas se recordaba en los corrillos que la autopista de peaje se abrió durante la época de gobierno del PP, pero se reconocía también que el margen de actuación se estrecha: si no se actúa a corto plazo, el problema se pondrá de manifiesto sobre el terreno. En un plazo de tres o cuatro años el gran polígono industrial tendrá una alta ocupación, y las soluciones que se están articulando de rotondas y accesos reducirán la peligrosidad de las entradas y salidas, pero no dan respuesta al enorme incremento de tráfico de camiones que se avecina. Las conversaciones están en marcha y las alternativas están sobre la mesa, pero la solución no se plantea fácil. El rescate del peaje de la autopista León-Astorga, al que se comprometió el presidente del Gobierno, es costoso y la empresa concesionaria no pondrá las cosas fáciles. El negocio que se le avecina no es poco: si no pagan los camiones, lo harán los turismos para librarse del tráfico pesado. Pero las soluciones alternativas tampoco se descartan. Incluida la construcción de circunvalaciones que, al menos, liberen del trajín que se avecina a los pueblos por los que transcurre la nacional. Sea cual sea, no queda mucho tiempo para hacerla realidad.