Una militar española muere al pasarel convoy por una mina en Afganistán

La soldado Idoia Rodríguez Buján, de 23 años, soltera y natural de la aldea luguesa de Frial, resultó muerta ayer en el oeste de Afganistán tras sufrir un ataque con «una mina de alta potencia» el convoy de vehículos militares en el que viajaba. El suceso, que el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, calificó de «atentado», ocurrió sobre las 12.15 horas en las inmediaciones de la aldea de Shindad, a 40 kilómetros de la base de Herat, en la zona de responsabilidad española. La explosión hirió a otros dos soldados que iban en el mismo vehículo, que están fuera de peligro a la espera de ser repatriados. La fallecida, primera mujer militar muerta en el cumplimiento de una misión exterior, había ingresado en el Ejército en septiembre de 2004 y servía en el regimiento Isabel la Católica 29 de la Brigada Ligera Aerotransportable (Brilat), que tiene la base en Figueirido (Pontevedra). Esa unidad fue enviada a Afganistán en octubre pasado para sustituir a la Brigada Paracaidista, que unos meses antes, en julio del 2006, sufrió un atentado similar que mató al soldado de origen peruano Jorge Arnaldo Hernández Seminario. Se da la circunstancia de que la soldado asesinada y los dos heridos tenían previsto estar de regreso en España a finales de este mes, según los planes del Estado Mayor de la Defensa. El Ejército de Tierra anunció el pasado martes el inicio del relevo de la Brilat por efectivos de la Brigada de Cazadores de Montaña de Jaca. Ese mismo día partió de Zaragoza un avión con la primera dotación de 150 militares para sustituirlos. Los heridos son el cabo Jorge Laíño del Río y el alférez ATS César Muñoz Pantoja. El primero nació el 1983 en A Barquiña, en el municipio de Noia (La Coruña), ingresó en el Ejército en el 2001 y prestaba servicio en el mismo regimiento que la fallecida. El segundo tiene 27 años, es soltero, natural del municipio madrileño de Villaviciosa de Odón, y sirve en la Legión desde 2005. Según el ministro de Defensa, José Antonio Alonso, su estado no es grave y serán repatriados, junto a los restos de la fallecida, en un avión que Defensa envió este mismo miércoles a recogerlos y que tiene previsto regresar el viernes. En el momento del incidente, los tres soldados afectados viajaban por el oeste de Afganistán en una ambulancia habilitada en un Blindado Medio sobre Ruedas (BMR). El vehículo formaba parte de un convoy, con otros cuatro BMR, que se había ocupado por la mañana de proteger, durante un desplazamiento, a dos equipos italianos (OMLT) encargados de instruir al Ejército afgano. La ambulancia atacada iba en cuarto lugar, precedida y seguida por otros dos BMR dotados con inhibidores de frecuencias para ataques con explosivos. El contingente español puso en marcha la evacuación de los heridos y de la fallecida al hospital español Role 2 habilitado en la base de Herat, donde están a la espera de ser trasladados a España. En la ambulancia viajaba un cuarto militar, un teniente médico que resultó ileso. Según explicó el ministro Alonso, el vehículo resultó «muy dañado» por la explosión, pero su blindaje -los BMR son lo más duro que tiene el Ejército para estas misiones- atenuó de forma decisiva el efecto de la explosión. «Si hubiera sido otro vehículo, las consecuencias habrían sido mucho peores», aseguró. Aseguró que los servicios de información de España y del resto de países con presencia en Afganistán «tenían y siguen teniendo muy claro que se va a producir un aumento objetivo de la inseguridad».