Indra suma 200 puestos de trabajo más al Inteco con 20 millones de inversión

«La primera empresa de seguridad electrónica de España es Indra y la segunda es más pequeña de lo que va a ser el proyecto de León» JAVIER MONZÓN, presidente de Indra Los ejemplos sirven para eso. «La primera empresa de seguridad electrónica de España es Indra y la segunda es más pequeña de lo que va a ser el proyecto de León», avanzó el presidente de la sociedad, Javier Monzón, quien estuvo acompañado por el ministro de Defensa, el leonés José Antonio Alonso, en el acto de puesta de largo del proyecto que convertirá a la capital leonesa en sede del Centro de Excelencia de Sistemas de Seguridad, pionero a nivel europeo, que prevé unos números de expansión acordes con la potencialidad del sector: 200 puestos de trabajo en el plazo de tres años -de los que 70 se crearán de manera inmediata-, 20 millones de inversión y unos horizontes de volumen de negocio de 30 millones de euros por ejercicio, que se triplicarán al cierre del trienio. Para la instalación de la iniciativa en León han concurrido cuatro factores determinantes que lo han colocado como «la mejor opción: la ubicación estratégica, definida por las infraestructuras existentes y en proyecto; la proximidad y respaldo que prevé recibir del Instituto de las Tecnologías de la Comunicación (Inteco), auténtico centro nacional de referencia en seguridad; el papel de la Universidad, con la Facultad de Ingeniería como centro en el que captar y formar nuevos talentos; y, muy especialmente, el apoyo que los ciudadanos leoneses prestarán a un proyecto empresarial de esta envergadura», según enumeró el miembro del gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, cuyas palabras fueron ratificadas por el presidente de Indra, que agradeció de manera expresa «el apoyo del ministro», quien conocía desde su gestación la apuesta de la empresa. Monzón mostró sus deseos de «empezar cuanto antes, una vez que el Inteco habilite una ubicación», que puede ser transitoria y quedaría al albur de la sociedad su variación en un plazo medio-largo, y aclaró que el proyecto «desarrollará el ciclo completo: desde las etapas conceptuales hasta su realización y entrega». Para poder rebasar los tres estadios, la sociedad habilitará a la infraestructura de «la tecnología propia», complementada con «una inversión de 20 millones de euros durante los tres próximos años para equipamientos y formación del personal -ingenieros y de alta cualificación en su gran mayoría-», cuyo primer gesto «para que nazca con valía» será visible con la incorporación al centro de «productos y sistemas ya en el mercado y otros en fase de desarrollo» dentro de la empresa tecnológica. En su camino para hacer buenas las hipótesis de ganancia de 30 millones de euros en cada ejercicio, el presidente de la compañía apuntó que Indra «generará un tejido de subcontratas y sinergias» que beneficiará al conjunto de la economía leonesa; un eco interno que tendrá su expansión tanto en el mercado nacional como en el internacional, hacia el que se destinará, «en menos de dos años, el 50% de los productos y sistemas que se creen». «Estamos muy ilusionados y satisfechos», concedió Monzón como declaración de intenciones, después de explicar el proyecto y los números. En la pizarra de tareas que Indra ultima para su centro leonés, se ha previsto que figuren tecnologías en fase de investigación y desarrollo para detección de explosivos y herramientas de indentificación y lucha contra los incendios forestales, además de unidades de apoyo tales como una factoría de software de seguridad, mantenimiento de equipos de seguridad e integración de sensores y sistemas de visión. En fase más avanzada, la empresa aportará al proyecto que empezará a funcionar en la capital leonesa, una vez que el Inteco encuentre un lugar adecuado para que se instale, tecnologías en producción, como sistemas de perturbación e inhibición de frecuencia o protección de infraestructuras e instalaciones, y otras ya desarrolladas y en el comienzo de su aplicación comercial, como el sistema Manta de protección de aeronaves, vídeo vigilancia inteligente, chalecos salvavidas con radiobaliza o la utilización de vehículos aéreos no tripulados para aplicaciones de seguridad.