El confidente dejó de informar a la Guardia Civil casi un año antes de los atentados
Trashorras dice que fue Zouhier el que preguntó por los explosivos
El ex minero asturiano afirmó que nunca ofreció dinamita a gente próxima a ETA
José Emilio Suárez Trashorras, el ex minero asturiano para el que se piden más años de condena en el juicio del 11-M como suministrador de los explosivos utilizados en los atentados, fue sometido ayer a un intenso interrogatorio por el fiscal jefe, Javier Zaragoza, en el que empezó negando de forma categórica que hubiese ofrecido explosivos a gente próxima a ETA. En ningún momento admitió haber suministrado los explosivos utilizados en los atentados del once de marzo, aunque afirmó que el confidente Rafa Zohuier, que declaró antes, sí le había preguntado si podía conseguirlos. Trashorras también admitió haber mantenido más de media docena de entrevistas con Jamal Ahmidan, «El chino», e incluso que estuvo con su mujer en la casa de Morata de Tajuña donde, según todos los indicios, los terroristas prepararon las mochilas-bomba. Reuniones en Madrid Tampoco tuvo inconveniente en reconocer su participación en dos reuniones celebradas en sendas hamburgueserías de los barrios madrileños de Carabanchel y Moncloa. Reuniones en las que también tomaron parte El chino , Rafa Zohuier, y Rachid Aglif, «El conejo» y alguno de ellos -no quiso precisar quién- le preguntó por explosivos. Lo que no admitió en ningún momento fue que hubiese llegado a suministrárselos. Insistió, una y otra vez, que los únicos negocios que tuvo con el grupo de El chino fueron de hachís. Ello a pesar de que en otro momento de su declaración explicó que ya no le interesaba el hachís porque no tenía clientes para él. Respuestas contradictorias Sobre el tema ETA dio dos respuestas aparentemente contradictorias. Por un lado aseguró que el teléfono que le pasó su cuñado a través de una nota que le mostró en los locutorios de la cárcel de Villabona no era de ningún etarra, como declaró Rafa Zohuier, sino el de la esposa de un delincuente común. En otro momento de su decla-ración admitió haber comentado informalmente a los policías que le detuvieron que en una conversación telefónica con El chino , éste le había dicho que los etarras detenidos en la caravana de la muerte eran sus amigos. A la pregunta de por qué no dijo eso en sus declaraciones judiciales, explicó que le parecía una relación imposible y que «pudo ser un malentendido». «Me dijeron que ETA no se relacionaba con traficantes y que era imposible esa relación», manifestó Trashorras seguirá declarando hoy al fiscal y a las demás acusaciones.