Terapias para dar y tomar
Dependiendo de la gravedad de las patologías, los pacientes leoneses cuentan con un amplio circuito de recursos de atención psiquiátrica, desde pisos supervisados en la capital a unidades de larga estancia
El circuito que siguen los pacientes hasta llegar a tener una atención especializada es largo y complejo. Acuden en primera instancia al médico de atención primaria, que los deriva a las unidades de salud mental cuando no logra controlar los desórdenes. La clave de esta red son los cinco equipos de especialistas, integrados cada uno de ellos por dos psiquiatras y un psicólogo. Ahora se pretende que cada equipo tenga un trabajador social. Los expertos valoran la afección y deciden si se da una respuesta ambulatoria o si se interna al enfermo en el Hospital de León, aunque en este último caso sólo entran los casos más agudos. Al margen de estas soluciones, existen otros dispositivos de atención intermedia, como el Hospital Psiquiátrico de Día -ubicado en el Hospital de León- o los tres recursos de media estancia, orientados a ingresos más prolongados. Por un lado, la institución sanitaria dispone de la denominada unidad de convalecencia psiquiátrica, destinada a los pacientes con patologías subagudas que necesitan tratamientos rehabilitadores. Aquellos casos que requieren trabajar en la autonomía y recuperación de los enfermos utilizan la unidad de recuperación psiquiátrica, donde se les facilitan medios para retornar a su medio. En este nivel se enmarca el piso de entrenamiento, una vivenda donde se enseña a los pacientes ciertas habilidades de la vida cotidiana que han perdido con la desaparición de su autonomía mental. Asimismo, dentro de la unidad de rehabilitación se enmarca un piso supervisado en León capital, donde se alojan pacientes que han pasado por el Hospital de Santa Isabel y que tienen una difícil alternativa por sus circunstancias personales o familiares. Actualmente hay cuatro personas residiendo en este inmueble. Este recurso pretende ser potenciado hasta alcanzar la ratio recomendable de cinco o seis plazas por cada 100.000 habitantes. Por último, ya para los casos más extremos, Sacyl dispone de la unidad de larga estancia, orientada al tratamiento de las patologías más graves, generalmente sicóticas, que no pueden ser controladas en el medio familiar. Otro recurso citado por el doctor Morchón es el Centro de Rehabilitación Psicosocial, que tiene los mismos objetivos que la unidad de rehabilitación, pero con sede en la capital leonesa.