Rajoy a los parlamentarios del PP: «Nadie se arrepiente de lo que no dice»
Eduardo Zaplana cuenta con la confianza de Mariano Rajoy para seguir al frente del grupo parlamentario hasta el final de la legislatura. El presidente del PP dio este miércoles, ante el plenario del grupo popular en el Congreso, un decisivo espaldarazo a su portavoz parlamentario, zanjó las críticas que éste recibió en las últimas semanas y desautorizó a quienes, desde dentro y fuera del partido, cuestionaban su continuidad en el cargo. Que Zaplana no cuenta con muchas simpatías entre sus correligionarios no es un secreto en las filas del PP, pero su impopularidad se acentuó en las últimas semanas. El punto de inflexión se produjo cuando trascendió su enconado enfrentamiento con el presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, por el control del consejo de administración de la Caja del Mediterráneo. No fueron pocos quienes pidieron su cese inmediato y la apertura de un expediente disciplinario ante su supuesto pacto con el PSOE para presentar una candidatura alternativa a la de la dirección del PP valenciano. Trabajo útil Mariano Rajoy presidió este miércoles el plenario del grupo -convocado precisamente el lunes- para despejar dudas y apuntalar la estabilidad de este equipo, puntal de la oposición del PP. En público y ante los periodistas, el líder popular elogió a los parlamentarios, dijo que su trabajo resulta útil y eficaz para controlar al Gobierno y les pidió «que sigan así hasta al final de la legislatura». Rajoy sacó la cara por Zaplana y dijo, expresamente, que «la dirección del grupo ha actuado con gran sentido común», al tiempo que confirmaba su continuidad: «cuento con vosotros hasta el final de la legislatura». A puerta cerrada, el presidente del PP llamó la atención a los murmuradores y a quienes difunden intoxicaciones en contra de sus compañeros. «Todos estamos en el mismo partido», les dijo, para subrayar a continuación que «aquí no sobra nadie». Tras destacar como un gran valor la unidad interna preservada durante su mandato a pesar de la derrota electoral del 2004, Rajoy dio a los parlamentarios un consejo para que repriman sus tentaciones cainitas: «Nadie se arrepiente de lo que no dice».