Cambio de tercio

CON el comienzo de la semana, el panorama del juicio cambia radicalmente. Se pasa de las declaraciones exculpatorias de los procesados a las manifestaciones de los testigos, unos de cargo y otros de descargo, traidos al juicio a instancias de las acusaciones o de las defensas. A diferencia de los inculpados, que pueden decir lo que quieran, los testigos tienen la obligación de decir la verdad y de comparecer, pudiendo incurrir en caso de mentir en un delito de falso testimonio. A pesar de ello no dejan de ser habituales las declaraciones antagónicas entre los testigos. La prueba testifical será larga, al ser muchos los citados, y, por ello, posiblemente tediosa y prolija. En principio no se prevén grandes sor-presas, pues la inmensa mayoría de ellos ya han declarado ante el juez en la fase instructora y se limitarán a reproducir lo ya dicho.