Durante los últimos cinco años las empresas del sector han multiplicado su negocio hasta casi 5.500 pisos por ejercicio
El mercado de la construcción se ha concentrado sólo en 21 ayuntamientos
Echando cuentas hasta los ceros se marean. El sector de la construcción ha levantado durante la última década en la provincia de León una media de 5.500 viviendas al año, lo que, a los precios actuales de mercado, arroja un producto final no inferior a los 100.000 millones de las desaparecidas pesetas. O 600 millones muy largos de euros cada diciembre al hacer balance y caja. Al cabo de la década el auge constructor ha sumado no menos de un billón de pesetas o 6.000 millones de euros, según se quiera medir en una u otra moneda, arrojando, en todo caso cifras astronómicas. Teniendo en cuenta que el beneficio empresarial para este tipo de iniciativas raramente baja también del 20%, por las ventanillas de los bancos de la provincia deben de hacer cola cientos de constructores con fardos de billetes de 500 euros, precisamente los que Hacienda da por más desaparecidos. No es la única, porque muchos de los firmantes de hipotecas tampoco los han visto en su vida. Según el último informe de la sociedad de tasación inmobiliaria Tinsa, fechado el pasado mes de enero, apenas una veintena de municipios de la provincia acaparan el 90% del negocio de la construcción, con León y Ponferrada a la cabeza, pero seguidos ya muy de cerca por ayuntamientos aledaños. La capital de la provincia, por ejemplo, ha tenido un ritmo medio de edificación de 1.524 viviendas anuales durante el periodo 2000-06, cifra que en Ponferrada se sitúa en 1.141. Porcentualmente representan un incremento del 2,3% y 3,7% anual acumulativo, cada una y respectivamente, sobre las viviendas censadas con anterioridad. Hay, sin embargo, otros municipios que en proporción les ganan de forma espectacular. En el alfoz de León, por ejemplo, San Andrés del Rabanedo construye una media de 763 pisos al año (6,2% de crecimiento), y Villaquilambre 524 (9%), lo que supone que en una década han duplicado sus poblaciones con los correspondientes impuestos municipales. En la lista de municipios en auge figuran también Valverde de la Virgen, Sariegos, Onzonilla, Villaobispo o Santovenia de la Valdoncina, todos en la órbita de la capital, Camponaraya, Cacabelos y Cubillos del Sil en el Bierzo y la raya de Ponferrada y, ya como cabeceras de comarca con territorio propio, Valencia de Don Juan, La Bañeza y Santa María del Páramo. Estancados Apenas sin crecimiento o con apenas una nueva vivienda por cada cien de las antiguas figuran otros 29 ayuntamientos, la inmensa mayoría de ellos situados en cuencas mineras o de regadíos agrarios en declive. Cistierna, Bembibre, Villablino, La Robla, Fabero, Toreno o Pola de Gordón son un ejemplo entre los primeros. Carrizo, Benavides, Santa María del Páramo o Mansilla de las Mulas destacan entre los segundos. Los pueblos estancados ocultan en los censos de vivienda otra trampa: la inmensa mayoría de los pisos de nueva construcción son casi todos segundas residencias pensadas para el veraneo o sólo como el refugio para vecinos ancianos de los pueblos de los alrededores, que se trasladan para tener mejores servicios de salud que en sus lugares de origen, o ambas cosas a la vez después de vender las tierras de labranza. De las aproximadamente 5,200 viviendas que se han construído durante cada uno de los últimos años en León más de tres mil corresponden a la capital y los pueblos de su alfoz y casi mil quinientas más a Ponferrada y so zona de influencia. El resto se reparten discreccionalmente en un mapa del que, paradójicamente, es raro que se levante una vivienda por cada cien de las antiguas, algo que habla de sobre sobre el estancamiento de la población. La media anual de construcción desde el año 2000 ha sido, por ejemplo, en las cuencas mineras, de 54 pisos en Bembibre, otros tantos en Villablino, una veintena en La Robla y 16 en Toreno o Pola de Gordón, lo que apenas representa un par de bloques anuales en constraste con las antigua pujanza del carbón como referente de la riqueza provincial.