Los islamistas radicales manejaban buenos datos de la realidad española

Los islamistas radicales manejaban buenos datos sobre la realidad española, en concreto sobre la falta de apoyo popular a la intervención de las tropas españolas en la invasión de Irak. Así lo manifestó ayer ante el tribunal del 11-M Haizam Amirah Fernández, investigador principal sobre el área del Mediterráneo, mundo árabe y Oriente Medio del Real Instituto El Cano. Este analista, tras haber leído en prensa que un investigador noruego había localizado en Internet un documento en el que se recomendaba atentar contra España antes de las elecciones de marzo del 2004 para forzar la retirada de las tropas españolas de Irak, localizó el documento en cuestión, tradujo del árabe la parte referente a España y se la remitió al Centro Nacional de Inteligencia (CNI). Haizam Amirah explicó ayer que recibió de su colega noruego el 15 de marzo un documento de 47 páginas que calificó de «estratégico y analítico» y que se refería a Reino Unido, España y Polonia como comparsas de Estados Unidos en la invasión de Irak. De las seis páginas dedicadas a España leyó las conclusiones en las que se dice textualmente que «para forzar al gobierno español a la retirada de Irak, la resistencia debe propinar golpes dolorosos a sus tropas... debe aprovecharse al máximo de la proximidad de la fecha de las elecciones generales en España en el tercer mes del año próximo -marzo del 2004-. Creemos que el gobierno español no va a soportar más de dos o tres golpes, como máximo... si sus tropas permanecen tras estos golpes, la victoria del Partido Socialista estará prácticamente garantizada. La retirada de las tropas estará en su programa electoral. Cuando caiga la primera ficha -se refiere el primer aliado- caerán las demás por el efecto dominó». Capacidad analítica El testigo explicó que el autor del documento manejaba buenos datos sobre la realidad española. Supone que fue escrito en septiembre del 2003 y publicado en la web en diciembre del mismo año, que fue cuando lo localizaron los noruegos. A preguntas de una de las acusaciones el testigo, basándose en la lectura de una nota a pie de página del documento en la que se hace referencia al apoyo de los escritores españoles a la causa árabe, «salvo a lo de un Sáhara marroquí», admite que el autor puede ser originario de Marruecos y que se trata de una persona «con una capacidad analítica bien desarrollada». La sesión de ayer se completó con la declaración de otros dos testigos policiales que participaron en la investigación. Uno de ellos aportó bastantes datos sobre la personalidad de El Tunecino. Dijo que era un terrorista que inspiraba miedo «incluso a sus propios acólitos». También explicaron que después de la explosión de Leganés les llegó una gran profusión de información, sobre todo de presos que se ofrecían a delatar a compañeros a cambio de beneficio penitenciarios.