Dos detenidos por drogar y violar a una mujer durante una semana

«Nunca antes había existido un clima de tanta confianza y convergencia de puntos de vista, todo lo contrario a lo que ocurría durante la era Aznar», asegura el director del diario francófono Aujourd'hui Le Maroc, Khalil Hachimi Idrissi. Esta frase glosa por sí misma lo acaecido durante estos dos últimos días en Rabat, donde ayer finalizaba la VIII Reunión de Alto Nivel (RAN) entre Marruecos y España, quedando patente la buena salud de la que gozan actualmente las relaciones bilaterales entre ambos estados. La mejor prueba fue la declaración de José Luis Rodríguez Zapatero sobre el conflicto del Sahara, tras congratularse del «compromiso sólido y permanente del Reino de Marruecos en materia de promoción de los derechos humanos y por los progresos en cuanto a la consolidación del Estado de Derecho». El presidente del Gobierno apoyó el proyecto de autonomía de Rabat para el Sahara Occidental, al considerar que «podría generar una nueva dinámica de diálogo para superar el impás actual», tal y como se recoge en la declaración final de la RAN. Inmigración El texto incluye también el compromiso entre España y Marruecos de seguir actuando contra la inmigración irregular, comprometiéndose el Gobierno de Madrid a «facilitar visados», apoyando la gestión de los flujos migratorios legales, y a invertir en desarrollo, procediendo además a la firma de un acuerdo para garantizar la protección y retorno de los menores no acompañados. Zapatero y su homólogo marroquí, Driss Jettou, reiteraron su determinación a luchar contra las redes del tráfico de seres humanos, y se felicitaron por los buenos resultados de la colaboración de los últimos meses. Los flujos irregulares de población con destino España y origen en Marruecos se redujeron en un 62% durante el 2006 con respecto al año anterior. El Gobierno defiende que la sintonía con el país vecino es fundamental. Con todo, nada de eso sirvió para llegar a grandes pactos en esta cumbre hispano-marroquí, que sobre todo sirvió para hacer balance del trabajo desarrollado en los últimos tres años. El Ejecutivo consiguió, en cualquier caso, uno de sus objetivos, que era elevar a la categoría de «acuerdo» el memorando sobre la repatriación de menores no acompañados sucrito en el 2003. Pero sus resultados aún están por ver.