«Otros terroristas matan igual, pero al menos dicen: He sido yo»

-Los acusados lo niegan todo... -Es el manual del yihadista puro y duro: todo lo que le imputan es mentira y nadie conoce a nadie. Luego miras a la pecera y ves que no paran de hablar. Van a acabar tan amigos. -¿Que sintió cuando los acusados condenaron los atentados que se les imputan a ellos? -En el alma se nos va haciendo un callo, pero fue muy duro porque las pruebas están ahí. Estamos acostumbrados a otro tipo de terrorismo. Mata igual, pero al menos dice: He sido yo. Estos, además de asesinos, son cobardes. -¿Entiende el papel de sus abogados? -Todo el mundo tiene derecho a la defensa, pero la ética también hay que cribarla. El otro día uno preguntó si los cuerpos estaban calcinados o no, sin tener en cuenta que los familiares estábamos delante. -¿Qué le dice la gente por la calle? -El otro día me fui de Madrid, porque no soy de cartón piedra y ya no podía más, y fue una maravilla salir a la calle. Aquí es diferente. Hay una gran nivel de crispación, provocado por los medios conspirativos. Hay gente que te insulta todos los días. Incluso he recibido amenazas. -Pero habrá de todo. -Hay cantidad de gente que viene a darme dos besos. El otro día vino una señora mayor a la hora de la comida y me dijo que nos quería ayudar. Le expliqué que podía hacerlo en nuestra página web o el banco, pero me contestó que eso era muy complicado para ella. Al día siguiente llegó con treinta euros metidos en un sobre. Eso tiene mucho más valor que 500.000 euros de alguien a quien le sobra. -Antes de empezar el juicio se quejaron de que les faltaban plazas, pero están sobrando. -Hay otras dos asociaciones que no vienen o le dan sus pases a otra gente. El otro día vino un señor que nos dijo que iba a pasar antes que nosotros porque éramos mujeres. Víctimas estamos nosotros y punto.