Nemesio Heredia y Gloria Gallastegui realizan el m apa geológico que confirmará que los Andes se separaron del Polo Sur hace 63 millones de años
Dos leoneses le echan años a la Antártida
Los geólogos son la aportación de León a las investigaciones enmarcadas en el Año Polar
Los geólogos Nemesio Heredia Carballo y Gloria Gallastegui Suárez, ambos del Instituto Tecnológico Geominero de León, son los dos únicos científicos que aportarán los centros de investigación leoneses al Año Polar Internacional, una gran campaña mundial de exploraciones y observaciones polares coordinada de forma conjunta por el Consejo Internacional de Ciencia y la Organización Meteorológica Mundial. Las aportaciones de los investigadores leoneses se sumarán a las de más de cincuenta países que trabajarán simultánea y mancomunadamente con el objetivo de profundizar en los conocimientos sobre los polos. Esta campaña es la cuarta que se lleva a cabo desde 1882. Los complejos fenómenos atmosféricos, físicos y biológicos que se producen en el continente y en el océano antártico tienen una íntima y determinante influencia sobre el clima y el medio ambiente en todo el planeta, de forma que conocer en profundidad la vinculación de los polos con los fenómenos climáticos globales permitirá alertar con más precisión sobre conductas ambientales humanas que puedan tener una influencia significativa o prevenir con tiempo suficiente contigencias naturales a consecuencia de los procesos en progreso. Sin historia propia La base de trabajo en el que se centrarán los geólogos de León se encuentra en la región de la Puna, en el macizo central de los Andes. Intentan completar el mapa geológico de la zona y confirmar que esta cordillera no tuvo historia propia hasta que se separó de la Antártida. Calculan que esta circunstancia se produjo hace más de 60 millones de años, entre el cretácico superior y el cenozoico. En esta época se produce el plegamiento Alpino, creador de grandes cadenas montañosas como los Alpes o el Atlas. El clima se enfría y aparecen las glaciaciones. Los continentes adquieren, paulatinamente, el aspecto y situación actuales, aunque el océano Atlántico era mucho más estrecho y la península India se desplazaba desde el sureste de África hasta su ubicación actual, creando el Himalaya. Prohibido explotar recursos «Un mapa geológico, en un territorio normal, puede tener utilidad para explotar los recursos naturales, pero en la Antártida sólo puede tener un objetivo científico puesto que es un territorio donde está prohibido lucrarse de sus recursos», explica Nemesio Heredia, director del IGM de León y coordinador de las primeras expediciones que se han llevado a cabo en esta parte del planeta. «En la Antártida -añade- sólo sirven para conocer la edad que tiene a través de las rocas que hay, porque el registro del clima está en la roca». La labor de estos científicos se centrará este año en dos campañas que se llevarán en los Andes. Por un lado, el próximo mes de abril partirá la primera expedición hacia una zona de difícil acceso donde se están desarrollando varios subproyectos coordinados por Heredia. Por otro lado, cuando llegue la primavera austral -otoño en León- se iniciará una segunda campaña en el norte de los Andes, en un territorio que se encuentra entre los 4.000 y los 6.800 metros de altitud. En este tiempo intentarán completar la carta geológica de los Andes centrales, donde se encuentra el coloso de la Aconcagua (6.959 metros). Se trata de una zona emergente, donde la industria china está comprando cobre y otros muchos recursos mineros, según explica Nemesio Heredia. La región Puna es el conocido altiplano andino ubicado entre los 4.000 y los 4.800 metros de altitud, con un peculiar y enrarecido comportamiento del aire. «En la Antártida, un mapa geológico sólo puede tener un objetivo científico porque está prohibido lucrarse con sus recursos» NEMESIO HEREDIA, geólogo