Diario de León

| Reportaje | 30 años del mayor accidente de la aviación |

Las incógnitas de Los Rodeos

Tres décadas después de la tragedia del aeropuerto de Tenerife, donde murieron 583 personas, la causa exacta del choque entre dos «Jumbos» sigue sin aclararse del todo

Fotografía de uno de los Jumbos accidentados en Los Rodeos en 1977

Fotografía de uno de los Jumbos accidentados en Los Rodeos en 1977

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Jorge Vogelsanger - madrid
León

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Domingo, 27 de marzo de 1977. Sobre las 13 horas, un artefacto explosivo estalla en la floristería del aeropuerto de Gran Canaria. La bomba, atribuida al hoy extinto Mo­vimiento por la Autodetermi­nación e Independencia del Archipiélago Canario, causa varios heridos y diversos da­ños materiales. El atentado, sin embargo, obliga a cerrar el aeródromo y a desviar a los aviones a la vecina isla de Tenerife. Entre ellos es­tán un gigante Boeing 747 de la línea aérea holandesa KLM y otro Jumbo de la estadounidense Pan American, que horas después -una vez pasada la alerta- se dispo­nen a despegar. La intensa niebla dificulta la visibilidad en el pequeño y congestiona­do aeropuerto de Los Rodeos (hoy llamado Tenerife Norte). El avión de KLM reposta 55.000 litros de combustible y se dirige al final de la pista principal. Mientras, el apa­rato de Pan Am recibe ins­trucciones para desplazarse por la pista de despegue y abandonarla por la tercera salida para dejar paso al Jumbo holandés. Posiblemente por la neblina, el avión de Pan Am se pasa la tercera salida y continúa ha­cia la cuarta, lo que comunica a la torre y al piloto de KLM. Éste, sin embargo, parece no haberlo escuchado. Impa­ciente, informa a la torre de control de que se dispone a despegar. El comandante no puede ver que por la misma pista se acerca el Jumbo de Pan Am, y tampoco pueden hacerlo los controladores aéreos en la torre, ya que la niebla se lo impide. En ese instante se produce el segundo error, el fatal: qui­zá por un malentendido o la mala calidad de sonido en las comunicaciones con la torre, que aún no ha autorizado el despegue, el 747 de KLM acelera. Segundos después de levantar vuelo y a unos 270 kilómetros por hora, colisiona con el aparato estadouniden­se. Esta es la secuencia de lo grabado en la cabina del avión de Pan Am instantes antes del accidente: 17:06:40,6. Comandante: «Allí está... Mira ése (...) ... ése (...) ¡Se nos viene encima!» 17:06:45,9. Copiloto: «¡Aparta! ¡Aparta! ¡Aparta!» 17:06:48,7. Sonido de la bocina de alerta en despegue. Sonido de motores acercándose. 17:06:50,1. Estruendo causado por el impacto. El golpe arranca el techo de la cabina y la cubierta superior de pasajeros del Jumbo estadounidense, y la cola sufre el impacto de los motores del avión holandés. Éste se desploma unos 150 metros después y se desliza por la pista otros 300 metros más, envuelto en llamas.

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