Un café con Zapatero a 0,70 céntimos

A 0,70 céntimos pagó ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, el café al que invitó a una serie de periodistas en el Congreso tras competir la noche del martes por el «minuto de oro» televisivo con Los Serrano y House , serie de la que se declaró seguidor. Tras asistir al pleno del Congreso, el jefe del Ejecutivo no dudó en mantener una animada conversación con los periodistas en una de las cafeterías de la Cámara, donde pagó él mismo los cafés con un billete de 20 euros y dejó una propina de un euro. Zapatero comentó que le «hubiera gustado tener a la gente más cerca» en el espacio Tengo una pregunta para usted de TVE para «sentir mejor» las impresiones planteadas por los ciudadanos. No ahorró elogios para todos los participantes, que «estuvieron muy bien», «superamables» y «cariñosos» y a los que ya ha invitado a café en el Palacio de La Moncloa. En este sentido, apreció que «algunos grupos» políticos «deberían tomar ejemplo» de los ciudadanos que intervinieron y reconoció que «hubo crítica» en alguna de las intervenciones. La pregunta «que menos esperaba», según apuntó, fue la que versó sobre el papel de la Corona, una cuestión que calificó de «valiente». La audiencia alcanzada por el espacio es lo que más le ha «sorprendido». Seis millones de personas estuvieron pendientes del televisor para ver la entrevista al presidente. El único precedente de comparencia política que haya superado esta marca se remonta a 1993, con los debates entre Aznar y González en Antena 3 y Telecinco, que superaron los 8 millones de espectadores. Insistió en la «fortuna» de haber sido el primer presidente español en someterse a este tipo de formato, que «ya no tiene marcha atrás y es buenísimo para la democracia». También rememoró la primera de las cuestiones, planteada por Virginia, una joven defraudada por la actitud del Gobierno en política antiterrorista, y calificó su pregunta de «muy sincera y con un grado de discrepancia profundo». En la conversación con los periodistas, admitió que acabó «un poco cansado» de esta experiencia televisiva, pero no físicamente sino por «el esfuerzo de concentración». Ninguno de los ciudadanos se interesó en el programa por las reformas estatutarias, algo que le pareció «curioso» a Zapatero pero que relacionó con «la impronta administrativa» que los estatutos conllevan. El presidente bromeó acerca del «atril raro» situado en el centro del plató, que le recordó a un hemiciclo parlamentario, un aspecto que «influye psicológicamente». Respecto al tono de la intervención, comentó que le «parecía» que sobre algunos aspectos «debía hacer explicaciones largas», porque los ciudadanos no los conocen, y explicó que le «cuesta mucho hablar de usted», por lo que tuteó a los invitados. Zapatero adelantó que, «si puede», verá al líder del PP, Mariano Rajoy, cuando participe el próximo mes en el programa.