Los detenidos tenían anotaciones de matrículas y otros datos para cometer atentados
Alerta máxima tras caer el comando Donosti ante el riesgo de atentado
El Gobierno de Vitoria dice que la banda intenta reconstruir sus comandos El informe que la fiscalía e
El Ministerio del Interior ha ordenado a la Guardia Civil y a la Policía extremar las medidas de seguridad ante el riesgo de que la banda terrorista ETA prepare atentados después de descubrir que el desarticulado comando Donosti tenía «datos precisos» para llevarlos a cabo, según fuentes de la investigación. El consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, aseguró ayer tras hablar con Alfredo Pérez Rubalcaba que la banda está «intentado reconstruir sus comandos y actuar», pero el secretario de Estado para la Seguridad, Antonio Camacho, rebajó la preocupación y sostuvo que no hay datos que avalen ataques «inminentes». Los servicios de Información de la Guardia Civil no son tan optimistas como Camacho. Un hecho avala sus temores: según informaron mandos de la lucha antiterrorista, los agentes han descubierto en los ocho registros de las viviendas utilizadas por el nuevo comando Donosti desarticulado el miércoles «numerosas anotaciones» de matrículas de vehículos, posibles objetivos de futuros atentados. Los funcionarios, que ayer jueves trataron de confirmar la identidad de los propietarios de esos vehículos e intentaban desencriptar varios ordenadores personales, también investigan si los terroristas capturados realizaron vigilancias desde un piso sobre rutinas de patrullas de la Ertzaintza de la Comisaría de Ondarreta, en San Sebastián. La aparición de las anotaciones con números de matrículas preocupa a la Guardia Civil, sobre todo porque en poder del grupo desmantelado también se hallaron tarteras convertidas en bombas-lapa para coches, con el dispositivo de iniciación por movimiento preparado y a falta sólo de introducir el explosivo. Azúcar glass Responsables del instituto armado mostraron en la Comandancia de San Sebastián el material encontrado al comando: temporizadores, detonadores, iniciadores, cordón detonante, lámparas de comprobación y cerca de 30 kilos de sustancias para fabricar kaskasbarro, la cloratita casera que utiliza ETA; entre esos productos, once paquetes de nitrato de 1,7 kilos cada uno, cuatro kilos de clorato, 600 gramos de pentrita, aluminio y azúcar glass. La Guardia Civil exhibió la documentación falsa que tenía el jefe del comando, José Ángel Lerín Sánchez: un DNI, un carné profesional de la Guardia Civil, una identificación militar del Ministerio de Defensa, una tarjeta europea de la seguridad social y otra de crédito. También le fue descubierta una pistola Smith and Wesson 45, de la partida robada por ETA en Vauvert (Francia) en octubre pasado. Los terroristas tenían mapas, planos y croquis de valles y montes de los Pirineos y macizos montañosos del País Vasco y Navarra y diversos trazados callejeros de varias localidades guipuzcoanas. El intento de reorganizar el comando Donosti, las detenciones de presuntos miembros de ETA en Vizcaya el año pasado y el arresto de otro que pretendía levantar una infrestructura en el Levante «demuestran que tenemos que estar en alerta máxima».