El ex jefe de la Policía alimenta la teoría de que alguien encubre a ETA
La «teoría de la conspiración» sobre el 11-M se filtra al Supremo
El juez del 11-M aprovecha la actitud de Díaz de Mera para desviar el caso al alto tribunal
El Supremo purgará la «teoría de la conspiración». Y lo hará por una pirueta del destino. Cuando las vigas que sustentaban las sospechas de que ETA pudo estar relacionada con el 11-M amenazaban ya ruina, compareció ante el tribunal que juzga aquella masacre Agustín Díaz de Mera, ex director de la Policía, e hizo renacer las llamas conspirativas. Su decisión de no desvelar la identidad del agente que le dijo de la existencia de un supuesto informe que vincula a los etarras con los atentados dejó el proceso en una «situación insostenible», según le advirtió el presidente del tribunal, pero a la vez dio al magistrado Javier Gómez Bermúdez: deducir testimonio al más alto tribunal, en cuyas manos quedan ahora las tesis conspirativas y su más encendido adalid. La táctica de Díaz de Mera de tirar la piedra y esconder la mano le permitió insuflar vida a la maltrecha teoría, apoyadas por su partido y algunos medios de comunicación. Logró, además, dejar en segundo plano el otro gran titular de su comparecencia: reconoció que el Gobierno de Aznar sustentó la autoría etarra pese a no tener ni una sola prueba para ello. Conocer la verdad La sesión del miércoles resultó la más comprometida del complicadísimo juicio, que el magistrado Gómez Bermúdez ha conducido de forma impecable. El magistrado era consciente de que, de no tener acceso a la «honesta y fiable» fuente de Díaz de Mera, siempre habrá quien defienda que no se conocía toda la verdad cuando se dicte sentencia. Con todo, la negativa del ahora europarlamentario popular también se vuelve en su contra, ya que impide al tribunal sacar a la luz el documento. Incluso permite poner en cuestión su sola existencia, pues son muchos quienes se basan en su silencio para cuestionarla. Ahora, el futuro de Díaz de Mera, del informe de marras y de la «teoría de la conspiración» queda en manos del Supremo. Hasta que llegó Díaz de Mera, las cosas transcurrían por cauces bien distintos. En un juicio penal es ley que los distintos protagonistas del proceso defiendan posiciones enfrentadas. Así ocurre en la vista abierta contra los procesados por el 11-M, en cuyas primeras 21 jornadas el tribunal ha constatado, no obstante, una coincidencia: todos los testimonios prestados convergen en que ETA no tuvo nada que ver. Los acusados niegan cualquier responsabilidad y rechazan toda vinculación con esa banda terrorista. Los testigos de la masacre desconocen dato alguno que pueda alimentar la «pista etarra» y los investigadores descartan cualquier participación de la organización vasca en la masacre. «Las mentiras tienen las patas muy cortas y se está demostrando la inexistencia de informes» GASPAR LLAMAZARES Coordinador de Izquierda Unida