El nuevo comando Donosti escondía explosivos para trescoches bomba

Efectivos de la Jefatura de Información de la Guardia Civil hallaron la madrugada de este sábado 170 kilos de sustancias para fabricar cloratita en un trastero de la localidad de Berriozar (Navarra) que pertenecía al jefe del nuevo del nuevo comando Donosti, el activista liberado José Ángel Lerín Sánchez, detenido el miércoles, junto a los otros seis presuntos miembros del talde. Según informaron fuentes de la lucha antiterrorista, «todos los indicios» apuntan a que el explosivo iba a ser utilizado para fabricar tres coches-bomba. De hecho, los funcionarios descubrieron en ese mismo local de la calle Lekoartea de Berriozar dos marmitas y una olla, los recipientes que habitualmente utiliza ETA para confeccionar los artefactos que coloca en los maleteros de los turismos. Entre el material explosivo aprehendido se encuentran 23 kilos de kaskabarro (la cloratita casera de ETA ya elaborada) y 120,7 kilos de nitrato, 21 kilos de polvo de aluminio y 2,5 de azufre, componentes todos ellos para fabricar ese tipo de cloratita. En ese trastero también hallaron dos tarteras de plástico listas para usar como bombas-lapa con el anagrama de ETA, dos bidones impermeables para ocultar el explosivo bajo tierra, diez detonadores, multitud de baterías de nueve voltios, dispositivos de iniciación, 20 metros de cordón detonante, dos bombonas de camping gas, cable multifilar para circuitos, teléfonos móviles, cartuchos de caza y tornillos, tuercas y rodamientos para utilizar como metralla. Bombas-lapa El explosivo recuperado en Berriozar se une a los 30 kilos de material para fabricar 'kaskabarro' que la Guardia Civil descubrió la noche del miércoles en una vivienda de Andoain que ocupaba Lerín Sánchez y que presuntamente iba a ser usado para cebar bombas-lapa. Los expertos del instituto armado creen que el explosivo descubierto la madrugada de este sábado había llegado hacía semanas desde Francia y que el comando iba a comenzar a actuar de «forma inminente» después de que Lerín hubiera recibido órdenes del jefe de los comandos operativos, Garikoitz Aspiazu, Txeroki . Entre la documentación descubierta el miércoles había anotaciones de matrículas de diversos vehículos y datos «algunos sin demasiada elaboración» sobre un policía que trabaja en San Sebastián y un confidente de la Guardia Civil y recortes de prensa políticos socialistas y populares de Guipúzcoa y empresarios conocidos de la provincia. Los locales y viviendas asaltados estaban siendo vigilados por la Guardia Civil desde hace semanas. Según informó el Ministerio del Interior en esos allanamientos, además, los agentes se incautaron de «diverso material informático» y documentación. Al cierre de esta edición, la operación continuaba «totalmente abierta», en palabras de los propios agentes. Los servicios de Información del instituto armado buscaban a última hora de la tarde a una mujer, séptima supuesta colaboradora del talde.