Grupos críticos con la dirección quieren que Carod-Rovira y Puigcercós abandonen el tripartito
Las tensiones en ERC amenazan de nuevo al Gobierno de la Generalitat
Sectores de base amenazan con presentarse a las municipales con una nueva formación
Las tensiones internas en Esquerra Republicana de Catalunya amenazan la estabilidad de la Generalitat. Las bases del partido republicano y un sector de su dirección rechazan el acuerdo de gobierno que Josep Lluis Carod Rovira y Joan Puigcercós firmaron con el PSC y piden que estos dirigentes salgan del Ejecutivo. El primer susto al presidente, José Montilla, lo dio ERC la semana pasada cuando ofreció su apoyo a la presidencia de Artur Mas a la Generalitat a cambio de que CiU convoque un referéndum de autodeterminación. Los republicanos presentaron después en el Parlamento una resolución en defensa de la consulta soberanista si el Tribunal Constitucional (TC) rechaza el nuevo Estatuto. La maniobra soberanista, que cayó como un jarro de agua fría en el PSC e ICV, obedece fundamentalmente a motivos internos. Según fuentes de la formación republicana, frente a los máximos dirigentes y al sector institucional de ERC, las bases independentistas creen que la dirección ha hipotecado los intereses estratégicos del partido por una sola razón: volver al Govern y mantener los pactos en Madrid y el poder en la vida autonómica y municipal catalana. Carretero, la cara visible Los críticos aseguran que ERC pagará un precio político muy caro en las urnas, tanto en las próximas municipales como en las elecciones generales del año que viene. De momento, el ex consejero de Gobernación del primer tripartito y miembro del Consejo Nacional de ERC, Joan Carretero, es la cara visible del descontento interno. Carretero, que es miembro de la Federación Regional republicana del Alto Pirineo, pidió en el último Consejo Nacional -celebrado el 24 de marzo- a Carod-Rovira y Puigcercós que abandonen el Gobierno. Gran parte de los militantes de base piensan lo mismo, porque «no se sienten cómodos con el posibilismo y oportunismo de nuestros máximos dirigentes», aseguran fuentes del sector crítico. «Dignidad nacional» El sector que apoya abiertamente las tesis de Joan Carretero se ha constituido en una corriente denominada Reagrupament Nacional (Reagrupamiento Nacional). Su objetivo es denunciar la «desnacionalización» de Cataluña que promueven los partidos autonomistas y criticar las «claudicaciones» de la dirección de ERC. Reagrupament podría presentar candidaturas en las próximas municipales para, según palabras de Carretero, «recuperar el voto soberanista» y «la dignidad política y nacional». El dirigente independentista sostiene que ERC no puede estar «subordinada ni al regionalismo de centro-derecha ni a la izquierda estatal», ya que «la libertad nacional ha de ser su principal referente». La cúpula del partido, controlada por el secretario general, Joan Puigcercós, a través de sus hombres de confianza en el aparato, no tolerará que las discrepancias adquieran una magnitud incontrolable porque sabe que una situación de esta naturaleza dañaría la unidad interna de los republicanos y les restaría fuerzas en las municipales. Por tal motivo, la dirección ha llamado al orden a Joan Carretero y le ha recordado que las discrepancias internas se dirimen en el seno del partido y no a través de los medios de comunicación. Según fuentes oficiales, «el partido está fuerte y no se nota ninguna angustia de fondo». Sin embargo, Puigcercós y Carod-Rovira tuvieron que hacer prueba de habilidad y autoridad en el último Consejo Nacional para acallar las voces críticas y acentuar el perfil soberanista de ERC, sacándose de la manga una oferta de pacto a los nacionalistas de CiU. Un día después del Consejo Nacional, Xavier Vendrell, el vicesecretario general de ERC y dirigente de la máxima confianza de Puigcercós, hizo la polémica propuesta a Artur Mas.