La hora de los escépticos
Hoy se reanuda el juicio del 11-M. Cuando todavía no se han apagado los ecos de la comparecencia del eurodiputado popular Agustín Díaz de Mera, máximo responsable de la Policía el día de los atentados, le llega el turno a Jesús de la Morena y Pedro Díaz Pintado. El primero era por aquel entonces el comisario general de Información, es decir, el máximo responsable policial de la investigación de los atentados y uno de los mayores expertos de España en la lucha antiterrorista. Díaz Pintado era el subdirector general operativo. Nada hace pensar que vayan a avalar la tesis de la implicación etarra en los atentados, de la que sigue siendo tan ardiente valedor Díaz de Mera. Jesús de la Morena, en su comparecencia ante la comisión de investigación, ya dejó claro que el mismo 11 de marzo, en la reunión de urgencia convocada a las 12 de la mañana por el secretario de Estado de Seguridad -y en la que también estaba presente Díaz de Mera-, ya expresó su escepticismo. «Lógicamente, ETA se contemplaba. En mi percepción -no soy especialista en terrorismo islámico, conozco a ETA- yo contemplaba esa posibilidad de ETA con cierto escepticismo», relató. También explicó en el Congreso que esas dudas tuvieron «un quiebro» cuando en medio de la reunión, sobre la 1 de la tarde, Pedro Díaz Pintado efectuó una llamada tras la cual nos dijo que el explosivo utilizado en los atentados había sido Titadyne. A vueltas con el explosivo Los pormenores de esa llamada les tocará explicarlos ante el tribunal a Díaz Pintado. Cuando le preguntaron por estos detalles en la comisión del 11-.M, señaló: «En un un momento dado alguien pregunta si se sabe algo del explosivo. Como no sabíamos nada, yo llamo al comisario general de Seguridad Ciudadana, Santiago Cuadro, que me dice, con cierta acritud, que no sabe nada, y que no tengamos prisa. Cuando la reunión está a punto de acabar, me vuelve a llamar el comisario Cuadro y me dice: Oye, es Titadyne . ¿Seguro?, le digo yo. Seguro, contesta.» A preguntas de un diputado de CiU precisó que a las 5 de la tarde de ese día 11, la misma fuente le aclaró que sólo se podía hablar genéricamente de dinamita, no de un tipo específico de la misma, y que una hora más tarde ya había informado al ministro Acebes del error. Con estos precedentes resulta incomprensible el empecinamiento de Díaz de Mera en seguir con la conexión etarra.