La «iglesia roja» de Madrid celebra una misa prohibida por el obispo
Cientos de personas acudieron ayer a la misa del Domingo de Resurrección que se celebró en la parroquia de San Carlos Borromeo, en el barrio de Entrevías (Puente de Vallecas), que el Arzobispado de Madrid ha decidido convertir en centro social de Cáritas. En un comunicado emitido la semana pasada, el Arzobispado anunció que aplicaría la decisión tomada en 1985 que eximía a la parroquia «de las responsabilidades pastorales», y que destinará las instalaciones a «un centro dirigido por Cáritas Madrid, con el fin de mantener y potenciar del modo debido el servicio a los pobres». Más de un centenar de personas, entre los feligreses habituales y otros que acudieron en solidaridad con los sacerdores de la iglesia de San Carlos Borromeo, abarrotaron el templo para la misa oficiada por el párroco Javier Baeza acompañado por Enrique de Castro y José Díaz, los otros sacerdotes de la parroquia. Presencia de actores Un número similar de personas, entre ellas los actores Guillermo Toledo, Melani Olivares y el Gran Wyoming, siguieron la ceremonia desde fuera de la iglesia, que tuvo las puertas abiertas durante la misa, y aplaudieron y animaron a los tres sacerdotes cuando salieron de la parroquia. Algunos conductores que pasaron en sus coches por la calle en la que estaban congregados los fieles, hicieron sonar el claxon en señal de apoyo al mantenimiento de esta parroquia que ya recibe el apodo de «la iglesia roja». La misa comenzó con una llamada del oficiante, Javier Baeza, vestido con ropa de calle como es habitual en San Carlos Borromeo, a celebrar la Resurrección «con júbilo, con alegría y con rebeldía» y continuó con una petición a los asistentes para que reflexionaran sobre sus «miedos y meteduras de pata». Tras la lectura de un fragmento del Evangelio de San Juan, Baeza animó a librarse de esos «miedos» que llevan a «acallar a los que acogen a los sectores que dan repelús a todos lo poderes».