Los vecinos vaticinan represalias a medio plazo y se dividen en torno al «ojo por ojo»

La población de Cistierna teme la posibilidad de que se produzcan represalias por parte de la comunidad gitana, como consecuencia del incendio que se produjo el pasado martes, en el que las llamas destruyeron la vivienda que habitaban hasta el pasado fin de semana los integrantes de la familia gitana, tres de cuyos miembros han sido imputados en el asesinato del hermano del alcalde. De acuerdo a los testimonios recogidos a pie de calle por este periódico, el vecindario tiene dudas en torno a la posibilidad de que se produzca una reorganización de las familias gitanas que residen en las comarcas y provincias limítrofes, para cobrarse una hipotética venganza: «Tienen un sentido de la vida muy particular, y para nosotros, realmente no se sabe cómo ha sido el incendio de su casa, pero para ellos, está claro que se lo van a tomar como una provocación, y van a responder», señaló una vecina de mediana edad, preguntada ayer al respecto. «Mientras haya Guardia Civil por aquí, no habrá problemas, pero no se van a quedar a vivir permanentemente con nosotros, y el día que estemos normales, como siempre, nos vamos a encontrar lo que no queremos. Es horroroso, yo tengo mucho miedo», señaló otra mujer. Pérdidas irreparables «Yo soy partidario de lo que ha pasado. Ellos han perdido una casa, pero la familia de (Nicanor) Sen ha perdido un hijo, y eso ya no se recupera. Así es la vida, que no hubieran empezado ellos, que llevamos aguantándoles mucho tiempo y muchas cosas», defendió un anciano en la Plaza del Ayuntamiento. «No podemos ponernos a la misma altura que ellos. Si volvemos a los tiempos de 'ojo por ojo, diente por diente' mal estamos, creo que hay que buscar una solución, y así no vamos a ningún sitio», advirtió una anciana. «¿A un señor que roba lo meten en la cárcel, y al padre este, en un asesinato, lo dejan libre?» ANÓNIMO, una vecina en «Por la mañana» de TVE