Copiados en los años ochenta de Estados Unidos ya abastecen en León a un millar de hectáreas de jardines y fincas
Los criaderos de lombrices para abono ecológico aumentan sus ventas un 30%
«Empezó como un hobby para ricos en el campo y ahora quedamos las industrias»
Aunque estuvieron de moda a mediados de los años ochenta, pocos se acuerdan de las factorías de lombrices como alternativa a los abonos químicos para el campo, que llegaron a ser unas cinco mil en España y una veintena larga en la provincia de León, casi todas de dimensión familiar, con una plantilla y producción que, al final, no cuajó en expectativas de futuro. Hoy quedan aproximadamente trescientas en España, ubicadas mayoritariamente en Asturias, Galicia y Cataluña, y sólo dos en León: la producción de todas ellas, sin embargo, ha vuelto a crecer de nuevo a un ritmo espectacular, próximo al 30% anual, remolcadas por la nueva moda de la agricultura ecológica, la jardinería urbana y los campos de golf. Se parte, sin embargo de una base de producción casi marginal, que apenas suma quinientas toneladas anuales para una clientela de propietarios de poco más de mil hectáreas, que eso sí, no tienen inconveniente en pagar caro con tal de que el producto sea ecológico. Según los propietarios de una de las dos factorías de lombricultura supervivientes en la provincia, Carlos y Alvaro Mendaña, padre e hijo, a su empresa Versol «por fin la agricultura ecológica nos ha dado un empujón después de aguantar cómo podíamos durante más de veinte años». Aseguran ahora que la demanda crece muy por encima de lo que nunca hubieran podido pensar, aunque, de momento, es más de fronteras de la provincia para fuera que para adentro. Están contentos, en todo caso, con haber mantenido el negocio en los tiempos difíciles, al contrario que muchos vecinos y competidores, «que, en realidad, no eran profesionales, sino aficionados que se apuntaron a esto por hobby y terminaron cerrando, entre ellos muchos médicos y abogados con una finca en los pueblos, pero no era lo suyo...».
Pequeño gran futuro
Más que el volumen de negocio y su hipotética prosperidad, según modas, lo que llama más la atención es que iniciativas de este tipo hayan podido recalar en la provincia. La pyme Versol, ubicada en Santibañez de Valdeiglesias, cerca de Hospital de Órbigo, apenas ocupa dos hectáreas de superficie, contando la nave industrial para oficinas y almacén, pero es un ejemplo de alternativas empresariales en zonas agrarias, tampoco exentas de anécdotas. «Para empezar las inversiones son importantes, entre finca, nave, maquinaria, acondicionamiento del suelo, etcétera, y la compra de las propias lombrices, que proceden de California y que para empezar con sólo cinco o seis hileras o literas, como decimos nosotros, no baja de 12.000 euros, así que lo demás hay que multiplicarlo hasta por diez. Según Carlos Mendaña, el fundador de la empresa, las lombrices utilizadas por él, como casi todos los vernicultores, son una variedad híbrida importada de Estados Unidos, que es prácticamente la única en el mundo con posibilidades de ser «domesticada». Curiosamente su primer productor fue la familia Carter, famosa por sus cultivos de cacahuetes y por tener entre sus miembros a un presidente de la nación. «Luego la vernicultura llegó a Italia, de allí a Cataluña y, por último, a toda España». El humus o abono orgánico generado por las lombrices, aparte de evitar problemas de contaminación química en los cultivos tratados con fertilizantes minerales, tampoco presenta riesgos de convertirse en plaga por superpoblación, como ha sucedido con otras especies importadas, tanto insectos como animales de mayor tamaño. «Son gusanos que nunca salen de su habitat y que, aunque se reproducen rápidamente, dentro autocontrolan su población y la mantienen constante. Al contrario, el único problema es que hay que protegerlos de los muchos enemigos naturales que tienen, fundamentalmente topos y pájaros», lo que conlleva otra pequeña inversión añadida en trampas. En cuanto a la alimentación de las lombrices se limita a dos únicos y baratos ingredientes: agua para tener mucha humedad en el suelo y residuos de cuadras ganaderas.
SÓLO QUEDAN DOS EMPRESAS DE LAS MÁS DE VEINTE CREADAS EN LOS AÑOS OCHENTA
Toneladas producidas Hectáreas a servir La mayoría son aún jardines urbanos o domésticos, a la espera de que despegue la agricultura con marca de productos ecológicos «El problema para lanzar estos fertilizantes es la mentalidad conservadora del agricultor» ÁLVARO MENDAÑA , empresario