Una vida de privaciones permitió a los benefactores de Sahagún amasar una respetable fortuna tras saber que no tendrían hijos
Alicia, Miguel y sus pobresmillonarios
El único sobrino del matrimonio, excluido del testamento, reclama una parte de los ahorros
Habitaron más de cuarenta años en un piso interior de 37 metros cuadrados ubicado en una vieja corrala de Madrid. El baño, de apenas un metro cuadrado, estaba en la terraza y una pequeña alcoba hacía de cocina. Miguel era ferroviario y Alicia, su esposa, servía a los señoritos de la capital. Vivieron con muchas privaciones -la ropa hallada en su domicilio tenía como poco medio siglo-, pero lograron amasar un considerable y oculto patrimonio que choca con la austeridad, casi miseria, que les rodeó durante toda su vida. El hombre la dejó viuda hace ocho años; ella murió hace tres. Sin descendientes, la lectura de un testamento otorgado en 1962 ante un notario de Vallecas dejó boquiabierto al único sobrino de la pareja, un jubilado madrileño que les atendió durante los últimos años y al que dejaron fuera de su herencia, donada en pleno dominio y sin limitación alguna «a los pobres de Sahagún de Campos», designando a su alcalde como albacea. En esa fecha Miguel y Alicia tenían 52 y 48 años, por lo que ya descartaban la llegada de un hijo. Beatos y devotos Ninguno era originario de la villa -Alicia nació en Pozodurame (Palencia) y Miguel en Cristóbal (Salamanca)- y su única relación con el pueblo fueron unos pocos años de veraneo y una devoción extrema hacia la figura de San Juan de Sahagún (1430), religioso que predicó fuertemente contra los ricos y cuya predilección fueron los huérfanos, los pobres y los ancianos. Tras el fallecimiento de la benefactora, la compañía de decesos se puso en contacto con el despacho del abogado Carlos de Pablo Blaya, con una larga experiencia testamentaria. «No habíamos visto un caso así en la vida, ni un solo referente. Lo normal es que se deje una parte a instituciones relgiosas, pero a los pobres así en genérico...», explica el letrado madrileño. «Creí que me tomaban el pelo» Fue él quien se puso en contacto con el alcalde sahagunino, José Manuel Lora. «Me llamó por teléfono y al principio no me lo creí. Pensé que me estaban tomando el pelo, pero cuando envió por fax el testamento me quedé alucinado», explica. Como albacea, ha tenido que encargarse personalmente de recuperar el patrimonio durante todos estos años, tiempo en el que ha vivido situaciones realmente insólitas. Vendió el piso a una pareja de inmigrantes sudamericanos, que pagaron más de cien mil euros por el habitáculo. «En León no hubiera valido ni tres millones de pesetas, pero en Madrid... Eso sí, regateé como si fuese para mí». Posteriormente se hizo con todas las cuentas y un paquete de acciones de Endesa. En total, se han podido reunir unos 400.000 euros. Pero el asunto, lejos de darse por zanjado, puede entrar en una espiral legal sin fin. El único sobrino del matrimonio benefactor ha reclamado la mitad de los 130.000 euros ahorrados en una cuenta en la que figura como cotitular. Sin embargo, un informe jurídico encargado por el Ayuntamiento de Sahagún concluye que el segundo titular de la cuenta debe demostrar que aportó parte del capital para recibir lo que exige. Este periódico se puso en contacto con el sobrino de Miguel Moral y Alicia del Valle, quien declinó colaborar en el reportaje. Sus únicas palabras fueron: «Ellos no se portaron bien conmigo, así que el único con el que yo quiero hablar es con el alcalde de Sahagún». Cuando dice que no se portaron bien con él, es de suponer que se refiere a su exclusión del testamento. El resto de los bienes ya están en manos de este Ayuntamiento. Hay alrededor de 300.000 euros en varias cuentas, una cantidad que ya ha traído más de un dolor de cabeza a los gestores municipales y grandes esperanzas a los más desfavorecidos. La villa está viviendo un trasiego administrativo equiparable al de una ventanilla de Hacienda en plena campaña del IRPF. Un bando repartido por todo el municipio explica las condiciones para acceder a las ayudas y anima a los vecinos más desfavorecidos a solicitar una parte del dinero. Tienen de plazo hasta el día 27 de este mes, aunque las solicitudes llegan a goteo, puesto que los requisitos a cumplir son muchos y muy restrictivos. «Cuando se hizo el testamento Sahagún tenía muchos menos pueblos y se entendía por pobres aquellos que vivían en la miseria, pero el concepto de pobre de hoy es muy distinto», confiesa al alcalde. Una de las opciones para repartir el dinero fue la constitución de una fundación. El modelo estatuario de la Fundación Miguel y Alicia estaba definido, aunque los concejales decicieron finalmente abandonar una idea que hubiera requerido la contratación de personal y una estructura orgánica excesivamente compleja. ¿Quién es pobre? «Hay más gente de la que creíamos», agrega el regidor. En un principio tomaron como referencia el concepto de pobreza establecido en España, del que forman parte aquellos que no alcanzan el 50% de la Renta Nacional Disponible. Pero el arco era enorme, por lo que finalmente se decidió utilizar el Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples (Iprem), algo más bajo. De esta manera acceden aquellos que ingresan al año 6.998 euros contando las dos pagas extras, con un incremento del 25% por cada unidad familiar más. «Era la forma de que entrasen aquellos que dependen de pensiones no contributivas, del IMI o de pensiones de viudedad y, por supuesto, aquellos que no tienen medio alguno para subsistir», explica José Manuel Lora. Ellos son los herederos de Miguel y Alicia. «Me llamó un abogado por teléfono y no me lo creí. Pensé que me tomaba el pelo. Cuando vi el testamento aluciné» JOSÉ MANUEL LORA Alcalde de Sahagún y albacea «No habíamos visto un caso así en la vida, ni un solo referente. Lo normal es que se done una parte a instituciones religiosas» CARLOS DE PABLO BLAYA Abogado que leyó el testamento «Ellos no se portaron bien conmigo, así que con el único que yo quiero hablar es con el alcalde de Sahagún» ANTONIO MORAL LÓPEZ Sobrino de los benefactores «Preguntamos en el Ayuntamiento si con el dinero podríamos comprar esta casa» DOLORES ESCUDERO, cbeneficiaria de la herencia