Foto para dos reinas
También fue inaugurada una muestra con obras del autor, poemas manuscritos, grabados y que contiene el libro del padre de Gamoneda con el que aprendió a leer
Hubo foto de familia en la que los reyes, don Juan Carlos y doña Sofía, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero y su mujer, Sonsoles Espinosa, y familiares de Antonio Gamoneda, posaron para la posteridad. Antonio Gamoneda, que siempre se ha confesado poco pródigo para este tipo de actos, repartió sonrisas constantes y demostró una amabilidad que sí era conocida por los más cercanos. Pero la ristra de autoridades era larga y hacía falta tiempo para verse con, por ejemplo, Juan Vicente Herrera, presidente de la Junta de Castilla y León o su consejera de Cultura, Silvia Clemente. El gremio de los escritores también estaba presente. Y, por supuesto, por parte leonesa. No pudieron faltar Antonio Colinas, Luis Mateo Díez, José María Merino, Antonio Pereira y otros habituales de las obligadas tertulias literarias de Gamoneda. Pero ayer no había tiempo, aunque seguro que sí para una futura cita en tierras leonesas. Juan Carlos Mestre o Samuel Rubio también estuvieron presentes. Fernando Aller, director del Diario de León, también acudió a la cita, entre otros muchos representantes de los medios de comunicación de Castilla y León. También estaban, la concejala del PSOE Evelia Fernández -única representante del Ayuntamiento de León en el acto-, Carlos Martínez, presidente del CSIC, la escritora Carmen Busmayor, el presidente de la Fundación Sierra Pambley, Joaquín López Contreras y el presidente de Seiasa, Graciliano Palomo y el escultor Amancio González. Amelia, Ana y Ángeles Aunque el lugar más especial sería, sin duda, para la nieta de Antonio Gamoneda, Cecilia, su primera reina, aunque ayer había protocolo, que pudo ver a su abuelo vestido con toda la solemnidad y que vio pasar tanta gente importante que aún hoy estará haciendo un recuento inolvidable. Su mujer, Angelines, y sus tres hijas Amelia, Ángeles y Ana también comprobaron en persona, aunque ellas ya lo sabían, que el apellido Gamoneda es ya inolvidable en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá y en las letras universales en español. Y para que todo conste, al menos durante un buen tiempo, con sello leonés, se inauguró una exposición en honor del premiado, que consiste en uno de los juegos que tal vez más pueden gustar a Antonio Gamoneda, y que es ése en el que la palabra, sus palabras, se someten al diálogo con la creación plástica. Eloísa Otero es el sello leonés, como comisaria de la exposición, en la que se incluye un valioso material personal presidido por Otra más alta vida, sugerente título que llevaba aquel libro escrito por el padre de Antonio Gamoneda, y que le introdujo en una lectura que ha provocado una de las carreras poéticas más importantes del siglo XX, premiada con vistas al futuro en este siglo XXI.