Gamoneda: «Hoy me he acordado sobre todo de mis padres»
El escritor Antonio Gamoneda se quedó huérfano de padre cuando no tenía ni un año, y, hoy, durante la entrega del Premio Cervantes, se acordó de muchas de las personas que han pasado por su vida, pero especialmente de sus padres, porque fueron ellos los que le proporcionaron «ese extraño accidente» que es la vida. «Este extraño accidente que ocurre, no os equivoquéis, entre la inexistencia y la inexistencia; entre el antes de ser y el dejar de ser. Es algo que no hay quien lo comprenda», le decía Gamoneda a un grupo de periodistas, minutos después de finalizar la ceremonia y rodeado de su mujer, María Ángeles Lanza, de sus hijas Amelia, Ana y Angelines, y de su nieta Cecilia, a la que va dedicado el último poemario del escritor. La nieta era el único rostro infantil que podía verse ayer. Gamoneda estaba muy elegante. Era la primera vez que se ponía el chaqué, pero no se le notaba, aunque él reconocía que »es una cosa complicadísima. Uno no sabe cómo se enganchan los tirantes ni cómo se pone la corbata, si por fuera o por dentro del chaleco«, confesaba. Cuando se le decía que estaba guapo, contestaba que hace poco le dijeron «en letra impresa» que era «alto, feo y delgado. Ahora, si he mejorado en los últimos diez años o diez meses, pues mejor». La entrega del Premio Cervantes es una ceremonia solemne, y en más de una ocasión, el ganador suele mostrarse nervioso. Gamoneda, no. Hoy estaba radiante y feliz, y también emocionado. De hecho, se le quebró en algún momento la voz durante la lectura de su discurso.