Rebajan de 26 a 6 años la petición de pena para un presunto etarra
La Fiscalía propuso ayer al tribunal de la Audiencia Nacional que juzgó al presunto etarra Antonio María Celaya por el asesinato de un taxista en 1978 que le condene a 6 años de prisión por un delito de encubrimiento, en lugar de los 26 que pedía inicialmente, al considerar que no es autor material de los hechos. A la petición del Ministerio Público, introducida como alternativa en sus conclusiones definitivas, se adhirieron tanto la acusación particular que representa a la familia de la víctima como la defensa de Celaya, aunque esta última mantuvo también su solicitud de absolución. Durante su declaración, Celaya aseguró que no participó «directamente en el asesinato», sino que se enteró después de que Jesús María Larzabal, supuesto jefe del comando al que ambos pertenecían, «había matado» en Usurbil (Guipúzcoa) a Amancio Barreiro porque él mismo se lo contó. El acusado explicó que, en compañía de éste y de otro miembro del comando, José Ángel Cincunegui, quien fue condenado como encubridor de estos hechos, fueron en el coche de este último hasta Pasajes. «Una vez allí», continuó Celaya, «Larzábal nos dijo que nos encontraríamos más tarde en Usurbil», a donde «llegó solo, conduciendo un taxi», y fue «en el camino de vuelta hacia Azpeitia cuando nos contó que había matado a un taxista». El procesado añadió que al conocer la noticia se quedó «muy sorprendido y muy mal».