El destino del Trianón y del Emperador se decide este mes
?us destinos siempre se han cruzado. Ambos datan de 1946, cuando Cárdenas -en el caso del Emperador- y Javier Sanz -con el Trianón- proyectaron los inmuebles que hoy conocemos para dotar a la ciudad de dos grandes teatros. El cine era prácticamente el único ocio posible a principios de la década de los cincuenta, cuando abrieron sus puertas al público. También el cierre les ha llegado casi al unísono: uno echo la trapa hace seis meses (el Emperador); y el otro (el Trianón), hace poco más de un año. Ahora, nuevamente, sus destinos vuelven a cruzarse. El Ayuntamiento tiene la última palabra. Tanto el futuro del Emperador como el del Trianón están en sus manos. Esta próxima semana votará en Pleno si ratifica la compraventa acordada por el alcalde Mario Amilivia con el director de la empresa propietaria, Juan Ramón Gómez Fabra, por un precio de 4,4 millones de euros. También en unos días, antes de la cita electoral, el Ayuntamiento dará respuesta al propietario del Trianón sobre si le autoriza a destinar este inmueble a sala de fiestas y restaurante y reutilizar la parte posterior como pequeño hotel. Si el Ayuntamiento le concede la licencia que ha solicitado -no acorde con el uso cultural que estipula el PGOU-, el propietario del Trianón está dispuesto a no venderlo. Retiraría inmediatamente el anuncio que tiene colgado en Internet y que, además de describir el inmueble, cuya superficie es de 2.300 metros cuadrados, lo califica de «ideal para hotel» y lo ofrece en 4,6 millones.