El Supremo apura los plazos para decidir sobre las listas de ANV y AS
Los magistrados de la sala del 61 del Tribunal Supremo apuraron los plazos hasta la pasada madrugada para pronunciarse sobre las impugnaciones presentadas por la Abogacía del Estado y la Fiscalía General contra las candidaturas de Acción Nacionalista Vasca (ANV) y las agrupaciones de electores de Abertzale Sozialistak (AS), que tendrán dos sentencias independientes. Los magistrados, que el viernes acordaron admitir a trámite las demandas contra ANV, estudiaban desde la mañana de ayer estas candidaturas para decidir si las listas sospechosas de servir a los intereses de Batasuna pueden o no concurrir a las elecciones municipales y forales del próximo 27 de mayo. Los 16 integrantes de la sala especial interrumpieron sus deliberaciones a mediodía, en un receso que duró unas tres horas. Por la tarde, los jueces analizaron por separado toda la documentación remitida por las partes antes de retomar, a las 18.30 horas, la discusión en pleno. Sobre sus mesas estaban las impugnaciones de la Fiscalía General y la Abogacía del Estado -órgano que actúa en representación del Gobierno- contra las 253 listas de AS, 133 de ANV y ocho independientes. Si al fin dieran por buenas las reclamaciones, unas 400 candidaturas sospechosas serían, en total, anuladas. Batasuma amenaza A partir de ese momento, los partidos y plataformas ilegalizadas tendrán de plazo hasta el martes para recurrir la decisión del Supremo en amparo ante el Tribunal Constitucional, que es quien tendrá la última palabra. El Constitucional deberá zanjar el asunto antes de las cero horas del viernes, cuando está previsto que arranque la campaña electoral con los habituales actos políticos y pegadas de carteles. En este contexto, el dirigente de la ilegalizada Batasuna Pernando Barrena avisó ayer al Gobierno, al PSOE y al PNV de que la ausencia de la izquierda abertzale en las elecciones municipales y forales del próximo 27 de mayo tendrá «consecuencias». Barrena vinculó la anulación de las candidaturas con el fin de lo que él aún sigue llamando proceso de paz, pese al atentados de la T-4 de Barajas.