| Entrevista | Mariano Rajoy |
«Aquí no hay más crispación que en Italia, Francia o el Reino Unido»
El líder del PP acusa al jefe del Ejecutivo de pensar que es el primero que combate a los terroristas, y afirma que el Gobierno no tiene voluntad de aplicar la Ley de Partidos
Esta entrevista tiene lugar en las horas previas a que la sala 61 del Supremo se pronuncie sobre las listas electorales impugnadas por la Fiscalía y la Abogacía del Estado. Mariano Rajoy insiste en criticar la fórmula impulsada por el Gobierno para impedir que Batasuna pueda presentarse a las eleccionesParadójicamente, su principal compromiso electoral para el 2008 es la recuperación de los consensos básicos con el PSOE. -¿Será posible volver a los pactos de Estado si gana el PP? -No lo sé. Pero ha sido posible siempre hasta que llegó Rodríguez Zapatero. -Es su compromiso electoral pero es algo que no depende sólo de usted. -Yo espero que quien esté al frente del PSOE actúe como se ha comportado ese partido siempre, con la única excepción del señor Rodríguez Zapatero. -¿Tiene algún diagnóstico sobre los motivos de esta excepción? -No. Tengo la sensación de que Rodríguez Zapatero, a su manera, creyó que la lucha antiterrorista empezaba con él. No encuentro otra explicación. -¿Hay algún problema personal entre ustedes? -Por mi parte, ninguno e intuyo que por la de él tampoco. -¿Ve alguna posibilidad de que algo cambie en lo que queda de legislatura? -A lo largo de mi vida he acreditado capacidad para llegar a acuerdos. He acordado con el PSOE y con los partidos nacionalistas. Pero para pactar hace falta que las dos partes tengan un criterio sobre lo que van a acordar y que haya voluntad de pacto. Realmente, no he visto eso en Rodríguez Zapatero. Ni criterio ni voluntad. -En «Tengo una pregunta para usted», muchos culparon al PP de crispar. -Buena parte de los que hablaron, sí pero los que no hablaron, no. -¡Qué mala suerte tuvo! ¿No? -Es verdad. No siempre se puede tener buena suerte, pero ya vendrán tiempos mejores. -Volvamos a la crispación, por favor. -En España hay una situación similar a la que vemos en la campaña francesa. Los tiempos han superado las viejas ideas de la izquierda y entonces el eje central de su política, como hemos visto en las últimas elecciones en Europa, es el ataque continuado al partido del centro o del centroderecha. Se nos dice que somos gente extremista, con planteamientos radicales. A Sarkozy, incluso le han puesto al lado unos carteles de Hitler. Espero que aquí no llegue la sangre al río. -¿Usted no ve más tensión en la política ahora? -Aquí no hay crispación. O, al menos, no más de la que pueda haber en Italia, Francia o en el Reino Unido. Lo que pasa es que algunos pretenden que no le digamos al Gobierno que lo hace mal. Como no tienen ni gestión ni argumentos, pretenden decir que somos lo que no somos. -¿No se reconoce en esa imagen? -Desde luego que no. Yo soy un político moderado. Me trato con aquella señora y con aquel señor (señala sus fotos con la alemana Angela Merkel y el francés Nicolas Sarkozy, que adornan la estantería de su despacho). -¿Cómo explica que Sarkozy pusiera a Zapatero como ejemplo de buena gestión, durante el debate con Ségolène Royal? -Ésa es la prueba de que es un hombre con sentido del humor y no el monstruo que dice la izquierda francesa que es. -¿Le gustaría un debate similar? -Me encantaría que lo hubiera y creo que lo va a haber.