Un pueblo con 3.500 años bajo sus tierras de labor
El hallazgo de El Pelambre fija el antiguo origen de Villaornate y su ocupación continuada hasta ahora, con sólo un lapsus en la Edad del Hierro
Si a la ciencia le interesa el yacimiento de El Pelambre por ser una prueba más de que la cultura Cogotas no se desarrolló exclusivamente en la cuenca central del Duero, donde se han encontrado numerosos yacimientos, para el pueblo de Villaornate el hallazgo del campo de hoyos es un descubrimiento sobre sus antiguos orígenes. Según la carta arqueológica, al norte del del pueblo, en el pago de Carrecastro, se encuentra un yacimiento romano que siguió habitado durante la Edad Media y al sur, muy cerca de El Pelambre, se encuentra Castrillino, un caserío donde se creyó durante algún tiempo que pudo estar la antigua Brigeco (ahora resituada en la confluencia de los ríos Esla y Cea). Más bien parece que se trata de un yacimiento de época medieval, por los restos de tejas curvas y adobes de arcilla y paja encontrados. Pero los restos hallados en El Pelambre retrotraen el origen del pueblo a mucho más atrás, a entre 3.500 y 3.100 años ya que la cultura Cogotas I, plenitud del Bronce, se desarrolla entre el año 1.500 y el 1.100 a. C. Los restos de época tardorromana encontrados confirman la presencia de población en la época visigótica (los restos de molinos encontrados apuntan a un establecimiento agropecuario). Sólo faltan vestigios de la Edad del Hierro para asegurar la ocupación continuada. La existencia de Villaornate (Villa Ornad) aparece certificada en el año 1099 en un documento que alude a propiedades del monasterio de Santa María de Algadefe. En el siglo XIII ya se habla de «Vila Ornate». Tierra tradicionalmente cerealista y vitícola, su nombre fue inmortalizado por el Padre Isla con el personaje «El cojo de Villaornate», que aparece como maestro de oratoria del inefable Fray Gerundio de Campazas. Los dos núcleos del municipio, Villaornate y Castrofuerte, cuentan con 468 habitantes oficiales, según el último padrón, de los cuales 245 son hombres y 223 mujeres. El más poblado es Villaornate, con 300 habitantes. A 700 metros de altitud se asienta sobre una «terraza» desde la que se domina la vega del río Esla. Ahora llegan los modernos regadíos (con agua de Riaño, aunque se llame segunda fase de la margen izquierda del Porma), pero en los años 50 el pueblo construyó su propio canal para llevar el agua a sus pagos. Sus acequias mantuvieron cierta vitalidad en el pueblo hasta los años 80. De su tradición ganadera quedan aún algún rebaño de ovejas y muy pocas vacas. Ahora, además de remolacha se cultivan flores en invernaderos.