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S.O.S.PAPÁ, creada en Francia hace quince años cuenta ya con 6.000 afiliados en España y 120 en León

Los divorciados reclaman la custodia «compartida y automática» de sus hijos

Las leyes españolas sólo la conceden cuando hay acuerdo entre ex conyuges Según una encues

Publicado por
Antonio Núñez - león
León

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«La ley que sacó este Gobierno es superflua porque mantiene el monopolio y el derecho a veto de las madres» JUAN CARLOS PRESA , presidente de Sospapá Tienen un teléfono de contacto para el que quiera acudir a ellos que, por los números redondos, más parece la cuenta corriente o la pensión a sus ex mujeres en euros: el 600 600 500, aunque siempre se deriva, como también es normal, al particular del presidente de la asociación Sospapá, Juan Carlos Presa, que es de León y siempre lo tiene encendido para los colegas y para el chaval suyo, por si acaso. Presa lleva peleando más de cinco años por la custodia compartida de los hijos de divorciados, contra leyes y sententencias que apenas se la conceden a un 5% de los varones en los matrimonios rotos frente al 95% de las mujeres, lo que supone en la práctica todo un monopolio. No hay estadísticas oficiales, pero del aproximadamente millón de divorcios registrados en los juzgados de España desde la primera ley de Fernández Ordónez, allá por los años ochenta, los juzgados han sentenciado la custodia a favor de la madre de no menos de dos millones de niños españoles, lo que no es moco de pavo, y ningún partido político quiere mojarse en el tema para evitar males mayores, porque sería «políticamente incorrecto» en los tiempos que corren. Como Ségolène Sospapá nació en Francia a mediados de los noventa y llegó a contar con diez mil afiliados y presentarse como partido político, aunque terminó recogiendo los votos Ségolène Royal, entonces ministra de Familia con Lionel Jospin, de parte de los socialistas franceses, que acabaron imponiendo la custodia compartida de los hijos para supuestos de divorcio, aunque con algunas décadas de retraso con respecto a otros países: Estados Unidos, los estados nórdicos europeos o, incluso, Italia, que, a pesar del retraso en este tipo de cuestiones y de su tradición católica, también lo tiene. La asociación española Sospapá se creó con una década de retraso un 30 de junio en Vigo, creciendo desde entonces hasta alcanzar tantos afiliados como los franceses cuando hicieron valer su peso electoral. Según Juan Carlos Presa, sin embargo, su influencia es todavía proporcionalmente muy escasa en comparación con la que podría ejercer: se calcula que un millón de padres, otras tantas madres y no menos del triple de niños han sufrido en sus carnes los avatares de los divorcios desde la primera ley del entonces ministro Fernández Ordóñez, que, por sistema, concedía la custodia de los menores a las madres, a mayores del disfrute de la vivienda familiar y gravaba a los cabezas de familia con pensiones alimenticias que a menudo acabaron en el hambre de todos. No había opción para recurrir y los grupos de presión feministas de la época hicieron el agosto, aunque con una ruin cosecha: las madres cobraron durante un tiempo hasta que los hijos alcanzaron la mayoría de edad, los padres sobrevivieron trabajando el doble para mantener dos hogares o, por lo menos, uno y medio, y los chavales crecieron en un ambiente del que no puede decirse precisamente que fuera familiarmente democrático. Muchos dejaron de hablarse con su progenitor y algunos tienen hijos que, ya casados, cuyos descendientes no conocen al abuelo. Sospapá, que intenta poner remedio a estos temas, «crece aún a ritmo lento», según Juan Carlos Presa, tal vez no más de un 5% anual «porque los padres ya tienen bastante con trabajar más, pagar y sobrevivir». Los partidos políticos tampoco se atreven a implicarse en el tema y se limitan a ir a remolque de las asociaciones feministas, casi todas de siglas teóricamente de izquierdas. «Estamos hablando con todos, pero ninguno nos apoya decididamente en lo de la custodia compartida y automática, que es nuestro principal objetivo, porque están las más radicales, de contrapeso, así que vamos tirando». Mientras tanto, según el mismo portavoz, siguen proliferando en los juzgados, con reflejo en los periódicos, cientos de denuncias contra los varones cada día por maltratos domésticos. «El 90% son falsas para quedarse con los hijos o cobrar más pensión». El año pasado en León fueron casi 250. LAS LEYES DEL DIVORCIO AFECTAN YA A TANTAS FAMILIAS ROTAS COMO LAS QUE ESTÁN EN EL PARO Padres y madres Hijos