El juez del 11-M recuerda que los acusados no lo están por ser de ETA

Los valedores de la teoría de la conspiración no dan el brazo a torcer. José María de Pablo Hermida, el abogado que supuestamente ejerce la acusación en nombre de la asociación de ayuda a las víctimas del 11-M -la filial de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT)-, el mismo que desencadenó la imputación del ex director general de la Policía y hoy eurodiputado del PP Agustín Díaz de Mera por desobediencia grave al tribunal, volvió ayer a la carga con la conexión etarra. El letrado comenzó su interrogatorio de los peritos firmantes de los informes sobre las supuestas relaciones de los islamistas con ETA y sobre el tráfico de llamadas de El Chino en su viaje a Asturias para recoger los explosivos preguntando por qué no habían investigado la presencia en Madrid de varios etarras al día siguiente de los atentados y los contactos de El Chino en El País Vasco y Navarra. «No nos consta», le respondieron Como quiera que los peritos calificaron de «relaciones de compañeros» las detectadas entre etarras e islamistas en las cárceles, De Pablo preguntó si la fórmula de la cloratita -un explosivo habitual de ETA- encontrada en la celda del islamista Benesmail, era también fruto de esa relación, los peritos le precisaron que lo que le encontraron no era exactamente la fórmula de la cloratita de ETA. El letrado no se dio por vencido. «¿La aparición de la Goma 2 ECO fue un dato determinante para descartar la relación con ETA?». Los peritos le aclararon que «ese fue uno de ellos pero no el único», Viaje lúdico No conforme con lo que había oído, el letrado quiso saber si habían investigado la utilización en el teléfono de El Chino con la tarjeta de un tal Óscar Pérez. La pregunta no era baladí, porque ese nombre coincide parcialmente con el de un joven implicado en la kale borroca. Le aclararon que el titular de la tarjeta era catalán, perito de una compañía de seguros que estuvo en Madrid en un «viaje lúdico con unos amigos» y que, efectivamente, en un bar de barrio madrileño de Chueca, de ambiente gay, utilizó el teléfono de un magrebí para hacer una llamada urgente porque el suyo se le había roto al caer al suelo. El interrogatorio colmó la paciencia del presidente del tribunal que recordó al letrado que «como acusación le estoy permitiendo un amplio margen pero no está legitimado para hacer este tipo de preguntas. En su escrito acusa a 29 personas entre las que ninguna tiene relación con ETA». Gómez Bermúdez concluyó advirtiendo al letrado que «espero que justifique en su informe y en su calificación definitiva la legitimación de una acusación para introducir un factor ajeno a lo que es el objeto del proceso». Fuentes jurídicas entienden que puede estar incurriendo en fraude procesal.