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Publicado por
CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS
León

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SIEMPRE se ha planteado esta cuestión: ¿son las municipales y autonómicas un adelanto de las elecciones generales? Como si el poder local y regional fuera secundario desde el punto de vista presupuestario, administrativo y político. ¿Acaso puede ser infravalorada una batalla como la dada por Batasuna de acuerdo con el Gobierno de Zapatero? Más bien ha sido bien reveladora no ya de la enfermedad federalizante que padecemos sino de un fenómeno mucho más perverso para el Estado de Derecho como es la legalización indirecta de brazos políticos de ETA a través de la Acción Nacionalista Vasca y para la realidad nacional como es la autodeterminación. Quiero recordar al lector que en las previsiones de los nacionalistas vascos, la posibilidad de un referéndum territorial se contempla a partir de un éxito municipal. El carácter «popular» de los ayuntamientos justificaría mejor una convocatoria de este tipo. Al margen de este gravísimo aspecto de las actuales elecciones municipales es cierto que los resultados de éstas pueden ser considerados un adelanto de las legislativas. Los portavoces del PSOE vienen insistiendo en que sería un error grave caer en la infravaloración de estas elecciones pero la realidad es que el arranque de su campaña electoral ha sido un llamamiento a hechos tan generalistas y propios de unas elecciones generales como la guerra de Irak. Se trataría con ello de volver a utilizar los resortes utilizados antes y después de la matanza del 11-M y que le dieron la victoria al PSOE especialmente entre jóvenes y viejos marginales. ¿Irak? Se preguntarán los que ahora se incorporan a las elecciones: pero ¿acaso no estamos hablando de Afganistán? Porque este es el destino de los soldados españoles. La participación de España en la guerra de Irak no pasó de ser una entelequia. Para el PP la consideración de la consulta del 27 como una lectura adelantada de las generales tampoco es preocupante. Si tenemos en cuenta que hace tan sólo un par de años las diferencias en expectativas de votos eran de ocho o diez puntos, el empate que dan ahora las encuestas supone una inflexión hacia arriba del Partido Popular. Rajoy se ha puesto por delante de Zapatero y amenaza con desbordarle. Otra cosas es la consecución de la mayoría absoluta. Nunca imposible, por otra parte, si Rajoy no se desgasta en posibles acuerdos con el PNV y CiU.